Con su lanzamiento previsto para el 2020, la tecnología 5G está reescribiendo las reglas sobre cómo se proveerá la conectividad móvil. La tecnología 5G creará la base para un mundo verdaderamente habilitado para el internet de las cosas: ciudades inteligentes, vehículos autónomos, electrodomésticos automatizados y una gran cantidad de conceptos igualmente innovadores. La percepción de la velocidad, el tiempo de respuesta instantáneo y el rendimiento del internet de las cosas se harán realidad, gracias a la tecnología 5G. Estamos hablando de una revolución, no de una evolución.
Sin embargo, las oportunidades conllevan un riesgo. El advenimiento de la tecnología 5G plantea profundas cuestiones de seguridad. Según un informe reciente de Ericsson, 8 de cada 10 encuestados mencionaron que “las preocupaciones sobre la seguridad y la privacidad de los datos” son un obstáculo para la adopción de la tecnología 5G. Por lo tanto, para desencadenar su potencial, las partes interesadas deben implementar nuevas estrategias para protegernos de las amenazas cada vez más sofisticadas que plantean los delitos informáticos.
En junio de 2018, el 3GPP aprobó el primer estándar de red 5G independiente después de 34 meses de trabajo y discusiones con las partes interesadas, incluidos operadores, fabricantes de dispositivos, proveedores de chipsets y compañías de Internet. Más allá de eso, en el año 2019 veremos el lanzamiento de los primeros teléfonos inteligentes compatibles con la tecnología 5G, junto con las implementaciones de redes móviles de este tipo. Para el 2020 se prevé que la adopción del nuevo estándar por parte de los operadores se encuentre en una curva ascendente pronunciada.
El rediseño de la red móvil
El último informe sobre Economía Móvil de la GSMA estima que Asia Pacífico alcanzará 675 millones de conexiones 5G en siete años, lo que la colocaría en la región más grande de este tipo del mundo para el año 2025. Sin embargo, este despliegue será impulsado no solo por las llamativas cifras del rendimiento de la tecnología 5G, sino por la forma en que se logra. En contraste, el informe sobre La Economía Móvil en América Latina y el Caribe 2018 asegura que las inversiones en 4G siguen en curso y que la adopción de la tecnología en Latinoamérica aún se encuentra en su etapa incipiente; 5G se perfila como una tecnología a mediano y largo plazo en América Latina y el Caribe.
Sin embargo, y de acuerdo con dicho informe, se espera que México sea el primer mercado en lanzar servicios 5G comerciales, de la mano de Telcel y AT&T. Si bien en Brasil también existen pruebas en curso, el lanzamiento de los servicios 5G se prevé para el 2023, ya que el foco de los operadores sigue siendo las actualizaciones de LTE-A. Como resultado, se espera observar la adopción más rápida de 5G en México, con 18 millones de conexiones (adopción del 14%) para 2025, seguido de Brasil, con 26 millones de conexiones (adopción del 11%), y Perú, con 4 millones de conexiones (adopción del 10%).
A diferencia de las generaciones anteriores, la tecnología 5G es una plataforma abierta. Fusiona una serie de diferentes tecnologías inalámbricas. También prescinde del enfoque tradicional centralizado, donde una gran cantidad de datos se almacena en servidores que están muy alejados del usuario final. En su lugar, la tecnología 5G emplea un modelo distribuido altamente descentralizado. Además, aprovecha las llamadas redes virtualizadas, lo que permite que el software distribuido y basado en la nube haga el trabajo que actualmente realiza el hardware.
En general, la tecnología 5G permite que tanto los datos como las aplicaciones se alojen mucho más cerca del usuario final, en el extremo mismo de la red, en lugar de estar ocultos en el centro.
Más flexible, escalable y eficiente
Pero ¿qué significa esto en la práctica? Además de aumentar la velocidad y la capacidad de respuesta de nuestra experiencia de conectividad diaria, la tecnología 5G ofrece mejoras espectaculares en cuanto a flexibilidad, escalabilidad y eficiencia disponibles para los proveedores de servicios. Este es un activo importante para los operadores móviles que enfrentan una caída en los ingresos, por un lado, hay un crecimiento aparentemente inexorable en cuanto a la demanda de ancho de banda. Por el otro, al virtualizar, descentralizar y diversificar su enfoque de la provisión de la red, los operadores pueden lograr una reducción de los gastos generales y, además, un mejor servicio al cliente.
De consumidores deseosos de datos a pioneros del Internet de las Cosas
Al buscar un rápido retorno de sus inversiones en tecnología 5G, la mayoría de los operadores móviles se concentrarán inicialmente en satisfacer y mejorar la experiencia del usuario para los suscriptores deseosos de datos. Sin embargo, a largo plazo, las oportunidades comerciales más emocionantes provendrán de “empresas verticales” – compañías progresivas que operan en sectores tan diversos como el automotor, el transporte, los servicios públicos y la atención médica- y que ya están transformando al internet de las cosas de un concepto difícil de definir a una realidad cotidiana para millones de ciudadanos.
Más potencial para eslabones débiles
La tecnología 5G ofrece una perspectiva realmente emocionante, y también una que plantea algunas cuestiones serias. Para concretar esta visión se requerirá una colaboración compleja entre una amplia gama de partes interesadas, incluidos los proveedores de telecomunicaciones, de la nube y de infraestructura, los proveedores de software de red y las industrias verticales. También podría haber un precio a pagar por el advenimiento de una conectividad verdaderamente ubicua.
Al distribuir datos, aplicaciones y funciones en toda la red, la tecnología 5G también aumentará la llamada superficie de ataque disponible para las fuerzas malévolas que residen en todo el ciberespacio. Cada dispositivo, conexión y aplicación en el entorno del internet de las cosas, representa un punto de entrada potencial para los hackers. Con un solo eslabón débil se puede poner en peligro todo un sistema.
Prepárese para un nuevo panorama de seguridad
Si bien el entusiasmo por el ADN de la nueva red 5G es perfectamente comprensible, las partes interesadas deben tener en cuenta que esto crea un panorama de seguridad radicalmente diferente. En consecuencia, deben asegurarse de que la protección esté incorporada desde el inicio de cada proyecto y que no se agregue en una etapa posterior, o incluso se ignore por completo. Además, es esencial un enfoque de abajo hacia arriba, que comience con el procesador y se mantenga en todos los niveles posteriores.
Sin embargo, para todos aquellos comprometidos con la creación de un futuro 5G seguro, estable y confiable, la buena noticia es que las herramientas necesarias para lograrlo están fácilmente disponibles. Las partes interesadas de diferentes regiones y países están trabajando juntas para finalizar el estándar para una autenticación fuerte para redes 5G.
Daniel Cuellar, vicepresidente de Latinoamérica para Soluciones de Conectividad Móvil