Hace menos de un par de semanas Samsung le presentó al mundo de manera oficial los primeros dos integrantes de su nueva familia Galaxy A, compuesta por el Galaxy A3 y el Galaxy A5, smartphones que tienen como principal característica un cuerpo hecho totalmente de metal que irradia belleza nunca antes vista en sus dispositivos, a excepción del Galaxy Alpha (pionero en usar estos materiales), mientras que en su interior cuentan con características propias de la gama media-alta. Ahora, los primeros problemas, generados por su construcción totalmente metálica, han comenzado a salir a la luz y es la intensidad de la señal la que resulta afectada.
Al parecer ha sido la inexperiencia de Samsung al trabajar con este tipo de materiales que ha llevado a que este factor no se haya tomado en cuenta, o en su defecto que no se le haya dado la importancia suficiente. Sin lugar a dudas, esto recuerda un poco al incidente de la misma índole por el cual Apple pasó hace algunos años con el iPhone 4.
Tomando como referencia la imagen de arriba, vemos que el Galaxy S5, dispositivo de negro, cuenta con una potencia de señal de -82 dBm, la cual se encuentra en el promedio óptimo; mientras que los Galaxy A3 y A5, dispositivos de blanco, presentan una disminución de 10 dBm, -92 dBm y -93 dBm respectivamente, la cual no es precisamente mala, pero se mantiene en el límite para lograr una conexión óptima a las redes de telecomunicaciones. Si por algún motivo la potencia de la señal disminuyera otros 10 dBm, entonces la conexión sería sin lugar a dudas imposible.
Si Samsung quiere continuar con esta línea de dispositivos o implementar estos materiales a sus demás gamas de smartphones debe tomar muy en cuenta este factor para que no le resulte contraproducente. ¿De qué serviría un Galaxy S6 con cuerpo unibody de metal pero con una pésima recepción de señal?
vía PhoneArena
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