Se ha vuelto una tendencia hacer mal uso de los signos de puntuación, casi al estilo gringo de escritura. Al plantear preguntas únicamente incluimos el signo de interrogación al final, del mismo modo en exclamaciones “Qué extraño es esto!”.
Una mala costumbre que a la larga puede afectar nuestra escritura sin que nos demos cuenta, es verdad, suele suceder que al redactar un documento importante o de mayor trascendencia cometemos estos pequeños pero fatales errores.
La Universidad de Binghamton realizó un estudio en el que pusieron a prueba a 126 voluntarios que participaron en dicho estudio, en los cuales leían 16 ejemplos de mensajes entre los cuales se intercalaban los signos de puntuación entre las oraciones.
¿Los resultados? Bien, los sujetos de estudio indicaron que los mensajes que percibían con un mayor grado de sinceridad eran aquellos que terminaban con el signo de exclamación “!”. Por otra parte, sentían que los mensajes menos sinceros eran aquellos que incluían un punto final.
Algo que va contra toda regla impuesta por la RAE, ya que el uso de punto final al concluir cualquier oración es correcto, pero esto no es suficiente para que lo percibamos como una buena señal en las pláticas que entablamos con las demás personas.
El hecho de no percibir de ningún modo en un mensaje las diferentes gesticulaciones que realiza la otra persona al enviarlo <<ya que tomamos los gestos como referencia al hablar con cualquier persona para descifrar de qué modo lo están transmitiendo>> hace mucho más difícil interpretarlo, por lo que el uso de emoticones y signos de puntuación es importante para transmitir lo que sentimos.
Con información de la Universidad de Binghamton.
