No hay pruebas de que móviles produzcan cáncer en niños

Hace tres meses publicamos un artículo donde los colegios europeos prohibirían el uso de los celulares para evitar que a los niños le de cáncer. Ahora El mundo.es publica que no hay evidencias que respalden esos resultados. Y seguimos con el cuento de no acabar donde la ciencia parece que si y luego que no, afirmar este temática de salud que nos concierne  a todos.

Los más recientes resultados del Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical, encontraron  que no existe relación entre el uso de los móviles y los tumores cerebrales al evaluar la influencia de hablar por teléfono y el desarrollo de cáncer en niños y adolescentes. El trabajo se suma a la lista de investigaciones que no han hallado relación alguna entre ambos fenómenos.

Este estudio remonta sus orígenes en  2004, cuando un grupo de investigadores inició un estudio para despejar esta incógnita. Durante cuatro años, reclutaron a 352 pacientes entre siete y 19 años con algún tipo de tumor cerebral y a 466 menores sanos procedentes de Suecia, Noruega, Dinamarca y Suiza. Los participantes fueron entrevistados acerca del uso que hacían de los móviles y, cuando fue posible, se obtuvo información de las compañías telefónicas.

Tras múltiples análisis, los autores concluyeron que los pacientes con tumores cerebrales no utilizaban los móviles con más frecuencia que los sujetos control. Ninguna de las variables analizadas (duración y número de las llamadas, relación con el oído usado habitualmente, etc.) mostró una relación estadísticamente significativa con la aparición de un tumor. Sólo el tiempo transcurrido desde la contratación de la línea -pero no el mayor uso de la misma- se relacionó con este riesgo.

Aún así,  sigue causando preocupación los posibles efectos de las radiaciones no ionizantes  de los móviles en  el cerebro de los niños y adolescentes, ya que como sabemos, es en   los primeros años de vida cuando se desarrolla el niño y todos sus sistemas, entre éstos el  sistema nervioso que podría ser más vulnerable debido a que  tiene más conductividad y las ondas penetran a mayor profundidad.

Aún falta hacer más estudios  que en este caso estudien el uso de los teléfonos móviles y el  riesgo de aparición de un tumor cerebral aunque la mayoría de los hechos tanto en  animales como en personas no han podido establecer una relación de causalidad ni se han detectado pruebas consistentes del poder carcinógeno de los móviles. A pesar de los resultados se recalca  que es imposible probar su falta de efecto [sobre esta enfermedad] y habrá que discutir el dinero que se debe invertir y a qué nivel para determinar los efectos sobre la salud de las radiaciones no ionizantes.

Esta necesidad de investigar ha recibido un impulso con la reciente decisión de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), organismo dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de incluir estos aparatos en la lista de compuestos “posiblemente carcinógenos”.

Aunque, como apuntan John Boice y Robert Tarone, del Instituto Internacional de Epidemiología, en un editorial que acompaña al trabajo en la revista ‘Journal of The National Cancer Institute‘, esto es un signo de que hay muy pocas pruebas científicas que avalen esta supuesta capacidad de provocar tumores más que una señal de peligro, la decisión ha tenido un gran impacto social y mediático en un mundo en el que hay 5.000 millones de usuarios de teléfonos móviles.

Los expertos han llamado a la calma, mientras que los estudios que aparecen de forma periódica siguen sin encontrar pruebas de la capacidad carcinógena de los móviles. Se recomienda por si acaso,  utilizar dispositivos de manos libres o el altavoz.

Ok, no producen tumores pero no los libra de que puedan producir otros efectos secundarios.

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