Siempre se ha dicho que si las selfies si se toman en condiciones seguras, son una forma de expresarse en redes sociales, pero Toni Kelly, conocida precisamente por sus selfies, esta vez las cosas le salieron mal.
La chica de 20 años, originaria de Nueva Zelanda, pero radicada en Londres, al tomarse una selfie, en su casa, cayó desde un segundo piso. A consecuencia de los golpes recibidos en la cabeza, murió.
Esto nos recuerda que por más inocente que pueda parecer tomarse una selfie, hay que vigilar siempre las condiciones de la misma, para evitar trágicas consecuencias como lo fue en este caso. El único aspecto positivo, además de la triste lección, es que ella era donadora de órganos y podrá ayudar a salvar algunas vidas.
Recuerda, no vale la pena perder la vida por una selfie peligrosa, aunque en este caso, fue un accidente del cual no se conoce las circunstancias exactas que lo originaron.
Con información de Evening Standard