Encuesta revela el alto uso de internet entre los jóvenes mexicanos con más de 2,100 horas al año

La dependencia de los teléfonos móviles se ha convertido en una realidad innegable en la sociedad actual, especialmente entre los jóvenes mexicanos.

Este fenómeno se refleja en los datos proporcionados por la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), que revela tendencias preocupantes sobre el tiempo que los jóvenes dedican a las pantallas.

¿Cuánto tiempo pasamos en internet?

Según la ENDUTIH del INEGI, los jóvenes adultos de entre 18 y 24 años lideran el uso de internet en México, con un promedio de 5.9 horas diarias durante el 2023. Esto implica que estos jóvenes pasan más de 2,100 horas al año conectados a sus smartphones o computadoras, una cifra alarmante que subraya la centralidad de los dispositivos móviles en su vida cotidiana.

En segundo lugar, se encuentran los usuarios de entre 25 y 34 años, con 5.6 horas diarias de conexión, seguidos por los adolescentes de 12 a 17 años, quienes invierten un promedio de 4.7 horas al día en internet.

El informe también revela que más de 97 millones de mexicanos, un 81.4% de la población de 6 años o más, tienen acceso a un teléfono móvil con internet. Además, la encuesta estimó que el 43% de las familias mexicanas cuenta con al menos una computadora, laptop o tablet, lo que representa más de 16 millones de hogares.

Uso de redes sociales predomina

El uso de internet se destina principalmente a la comunicación y entretenimiento. Las redes sociales como Facebook, Instagram y TikTok son las plataformas más populares entre los usuarios mexicanos, mientras que actividades menos comunes como ventas en línea, servicios de la nube y operaciones bancarias virtuales siguen siendo poco aprovechadas.

Es necesario reflexionar sobre los efectos de este consumo digital masivo en las nuevas generaciones. Si bien la conectividad ha abierto puertas a nuevas oportunidades de aprendizaje y entretenimiento, también ha generado una dependencia tecnológica que podría tener repercusiones a largo plazo en la salud mental y las relaciones interpersonales.

Es esencial fomentar un uso más equilibrado y consciente de las tecnologías, alentando a los usuarios, especialmente a los jóvenes, a diversificar su tiempo frente a las pantallas en favor de actividades que promuevan su bienestar integral.

Fuente: INEGI

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