El tema de las baterías en los smartphones es uno que nos ha dado mucho de que hablar y siempre ha sido uno de los problemas para los fabricantes.
Pensando en las diferentes maneras de obtener energía para dispositivos móviles, un equipo de investigadores del MIT y la Universidad de Madrid han desarrollado un sistema flexible que puede transformar las ondas electromagnéticas en energía eléctrica. Es una estructura que puede integrarse a telas, cubiertas para objetos y lo que se les ocurra.
La parte interesante y que tiene potencial para revolucionar el mundo de la energía, es que las señales emitidas por torres de radio, WiFi y Bluetooth, presentes en todas las ciudades, permitirían obtener en promedio unos 40 microwatts, suficiente para hacer funcionar pequeños dispositivos o encender luces LED.
Los investigadores del MIT han hecho una antena de este tipo que usa sulfuro de molibdeno como material principal, un semiconductor extremadamente delgado que se puede usar para hacer láminas con solo unos pocos átomos. Los primeros prototipos hechos, no son del todo eficientes, ya que sólo convierten el 30% de la energía a bajas potencias, pero aún así pueden alimentar pequeños sensores para dispositivos médicos.
La idea es desarrollar esta antena para hacerla capaz de impulsar dispositivos que requieran más energía y sin tener una batería a su interior (o quizás reemplazar las baterías de gran tamaño por unas más pequeñas). Otra posibilidad es que podrían distribuir estas delgadas hojas en paredes y techos para que puedan capturar energía electromagnética y convertirla para que pueda ser usada por los dispositivos conectados en casas o edificios.
Con información de Gizchina.