Amanecer y atardecer, el sol hace su entrada o se despide y pareciera que el mundo cambia por completo. Sucede una y otra vez, todos los días, reconfirmando que la vida sigue y que todo vuelve a empezar.
Son en esos momentos, minutos después de que aparezca el sol en el horizonte o momentos antes de que se oculte por completo, cuando el cielo se tiñe de espectaculares colores como el naranja, vino, o violeta. Es tan sensacional que a veces, sea lo que sea que estemos haciendo, nos detenemos a mirar el hermoso espectáculo que nos brinda la naturaleza, conocido como la hora mágica.
Durante siglos cientos de artistas se han dedicado a capturar los momentos de la hora mágica y dejarlos plasmados en hermosos cuadros. Toda la destreza y la complejidad del trazo, tienen como objetivo transmitir esa sensación de paz y plenitud que ofrece la luz en el paisaje que se dibuja ante los ojos del artistas. Y nosotros como espectadores, somos capaces de sentir esas emociones.
Pero calma, no hay que ser un gran pintor impresionista francés para poder apreciar y capturar la hermosa luz de la hora mágica. Tan solo hace falta tu teléfono con una buena cámara y unos cuantos consejos para hacerlo. Además, si vives en una ciudad, te habrás dado cuenta de que hay un momento del día, cuando el sol se ha ocultado, pero aún sigue su luz irradiando, y además se encienden las luces de la ciudad generando una mezcla poderosa de impacto visual. A eso se le llama el “empate de luces”, y es un excelente momento para tomar algunas fotografías.
Jonas Papier, director de la escuela de fotografía Motivarte, explica que durante la “Hora Mágica” podemos ver el efecto que produce el “empate de luces” que es el término que se usa para nombrar ese instante “mágico” por su belleza visual donde las luces de la ciudad se encienden mientras la intensidad del celeste del cielo disminuye hasta lograr un equilibrio entre los colores variados que nos otorga la luz artificial continua y el cielo que se va saturando más a medida que disminuye su intensidad de luz hasta lograr un azul profundo. Lo más importante a tener en cuenta es la paciencia que debemos tener para ir probando minuto a minuto cuál es la mejor combinación lumínica entre ambas luces: la natural y la artificial.
Uno de los consejos más importantes es mirar primero con los ojos y luego con la cámara. Mirar alrededor, sentir el momento, y confiar en la luz como nuestra principal aliada. Y si bien se llama la “Hora mágica”, tenemos que aclarar que este efecto natural dura entre 20 y 30 minutos, así que, si lo bueno es breve, no hay que desesperarse, explora todas las funciones que ofrece el sistema de cámaras y lentes en el modo manual: sensibilidad ISO, obturación, exposición, y otros; y verás como ante tus ojos aparecen cientos de posibilidades para que juegues creativamente con la luz.
Otra característica que puede ayudar a que la captura sea aún mejor es que el teléfono cuente con tecnología Quad Pixel, que se centra en obtener la mayor luminosidad posible de cualquier escena con poca luz. Normalmente los sensores de los móviles tradicionales cuentan con píxeles más pequeños, que son capaces de captar menos luz de la escena. La tecnología Quad Pixel lo que hace es ofrecer unos píxeles más grandes, que a su vez son capaces de captar mucha más luz de cualquier escena. Y hoy, es una tecnología accesible, que se puede encontrar en un smartphone de entrada casí como en smartphones con buena relación precio/calidad y también en la gama premium, como el motorola razr.
Y si no te salió a la primera, el sol sale y se oculta todos los días, así que vas a tener tiempo de sobra para experimentar.