Al momento de ponerlo en la mesa y accionarlo, me di cuenta que se trataba de un robot compuesto por piezas de LEGO minuciosamente ensambladas y que según dice mi amigo Polo, duró 3 horas para lograr darle “vida a su retoño”.
Este robot, me hizo ver la brecha generacional que existe entre los que jugamos de niños con LEGO o TENTE y la nueva generación actual que no se despega -me incluyo- de un buen juego en Internet o la socorrida consola de juegos del tipo XBox, PlayStation o Nintendo.
No es cosa sencilla unir o resanar esta brecha que menciono, teniendo en cuenta que por ejemplo las consolas de juegos ya no son monousuarios –antes si lo eran-, ahora pueden ser multiusuarios a nivel mundial. Pero ¿Qué pasa con los juegos del tipo LEGO y TENTE?
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