La OtterBox 1920, viene hablada como sus hermanas por el protocolo MIL-STD 810F, que van desde protocolos de caídas y golpes, protección contra el agua e intrusión de partículas de polvo, tres protocolos que garantizan la usabilidad del dispositivo en las más duras condiciones. Hay que aclarar, a diferencia de sus otras hermanas, que la Treo Case 1920 ha perdido la posibilidad de inmersión, una cualidad que puede ser bastante útil si el dispositivo cae en cualquier contenedor con líquido.
Cuando recibí la funda, lo primero que me sorprendió fue la ligereza, pensaba que sería algo más pesada, que transformaría la Treo en un tanque en todos los sentidos, pero al sopesarla y compararla con alguna otra de aluminio me dió la sensación que sería muy delicada, apenas son tres cientos gramos. Mis dedos fueron solos a la Treo, la desnudaron de su funda actual, desmontaron la funda OtterBox y cuando quise darme cuenta ya casi estaba sellando la armadura. Cuando esta quedó completamente sellada, me di cuenta que el cierre era muy, pero que muy suave, hubiese jurado que no estaba cerrada, por lo tanto volví abrir y cerrar un par de veces más para comprobar que los pasos eran los correctos.
Allí estaba, la Treo encajada en su nuevo y dulce hogar, podía notar la suavidad de la funda, como los grips antideslizantes rozaban la piel, como era cada una de sus formas. Podía ver perfectamente la cámara a través del orificio, el cierre que sella ambas caras de la funda. Comencé a girar la funda poco a poco para ir disfrutando de ella. Lo primero los botones laterales, tres protuberancias sobresalían de la funda y cuando se pulsaban se notaba que al mismo tiempo se estaba pulsando los botones de la propia Treo: simulaba la subida y bajada de volumen, lanzaba el botón auxiliar, la pulsación era un poco dura para mi gusto, pero es el precio que hay que pagar por la protección.
Cuando tuve la funda completamente volteada, viéndola de cara se me escapó una exclamación de asombro. Realmente la funda es bonita. El teclado es un poco más pequeño que el incorporado en la Treo, pero la teclas son igualmente fáciles de pulsar, la pulsación no esta tan dura como las de los botones laterales, es mucho más suave y la letra aparece inmediatamente en pantalla como si estuviéramos tecleando en la propia Treo. Incorpora los colores diferenciadores de cada tecla, además del de encendido y de apagado. El único inconveniente que le he encontrado son los botones de Home y de Menú, que al ser mucho más finos cuesta tanto acertar sobre ellos como pulsarlos, el resto es como si estuviéramos sobre la Treo, que lo estamos.
La pantalla tiene doble protección. Una solapa de rígido plástico abatible en su parte superior, permite tener un acceso directo a la pantalla táctil, que igual que sus hermanas esta funda permite un pleno acceso a la misma mediante una membrana de plástico sin perder apenas precisión, un detalle importante que viene en el manual: hay que limpiar la pantalla por el interior antes de colocar la Treo para evitar la suciedad que pueda tener. El siguiente paso obvio fue realizar una llamada, por supuesto a información de Vodafone para probar que tal se escucha y si el micrófono estaba libre de obstáculo. El resultado ha sido muy satisfactorio, apenas se pierde un mínimo de audio protegido bajo la membrana GORE.
En su lateral izquierdo incorpora una ranura para poder colocar el stylus y en su parte inferior una membrana que se puede extraer para acceder a los conectores de audio, datos y alimentación, esta membrana permanece unida a la propia carcasa mediante un brazo articulado de plástico evitando la pérdida accidental.
Esta funda que se adapta como un guante a la Treo es la mejor protección que podemos darle, un complemento indispensable para aquellas condiciones peligrosas para nuestra Treo, que nos permitirá trabajar con ellas con total funcionalidad, aprovechando al máximo todas las características que nos brinda la Treo añadiéndole la confianza que OtterBox le da a todas sus fundas. Si pones en peligro a tu Treo, lo mejor que puedes hacer es darle la máxima protección. La funda Otterbox 1920 es la solución.
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Quiero agradecer a Kristin de OtterBox el facilitarme un ejemplar para poder escribir este artículo.
