Los tiempos corren muy rápidamente en este mundo altamente digitalizado. Tan rápido que incluso nos es difícil apreciar las distintas maneras en las que nos adaptamos a estos cambios casi de forma natural.
Negocios nacen, y tecnológicas emergen con un potencial claramente impresionante mientras las necesidades humanas y económicas siguen ahí.
Cuando menos nos dimos cuenta dejamos de consultar el directorio telefónico para buscar donde comer y los volantes dejaron de apilarse en la guantera del auto para en cambio, mostrarse a través de nuestras pantallas mientras compartimos memes con nuestros amigos en Facebook o bien, buscamos en Google prácticamente cualquier cosa.
Claro, ya no digamos de estar platicando con la familia de las enormes ganas que tenemos de ir a la playa, cuando de pronto nos bombardean con anuncios de ofertas en viajes y hoteles caribeños.
Seguimos haciendo lo mismo, pero con la facilidad de tener la tecnología para conectar compradores con anunciantes de una forma mucho más rápida, práctica y sobre todo barata.
Todo esto nos ha traído grandes ventajas. Aunque también nos ha creado un nuevo problema.
- El negocio de la publicidad digital
- Las estafas más comunes en anuncios digitales
- ¿Es posible detener la publicidad fraudulenta?
- Una mejor comunidad mejora la publicidad
El negocio de la publicidad digital
No es ningún misterio que gran parte del mundo digital se financia a través de la publicidad que realizan anunciantes dentro de sitios creados por generadores de contenido.
Llámense blogs, foros o hasta redes sociales, la variedad de sitios en donde es posible colocar un anuncio publicitario es enorme, ya sea que lo hagamos en formato de texto o video, eso no es lo que importa.
Lo que realmente interesa a una empresa que busca exposición es el tipo de segmentación que tenga un sitio web, así la inversión realizada tendrá un mayor impacto.
Es por esto que las redes sociales o los buscadores son tan apetecibles para ambas partes. El usuario al tener un comportamiento conocido y medible, permite a la tecnológica segmentar de una forma increíblemente precisa su comportamiento de consumo.
Leer al usuario se vuelve sencillo. Predecirlo, también.
Con millones de usuarios a los que es posible medir y un modelo de crecimiento sostenido y escalable, lo ideal para una empresa tecnológica es vender a los anunciantes publicidad barata, lo más rápido posible y que resulte altamente efectiva.
¿Quienes lo hacen mejor? Claro, los grandes entre los grandes: Facebook y Google.
Miles de expertos en departamentos de gestión publicitaria e incluso mecanismos de inteligencia artificial, todos trabajando tiempo completo en la moderación de anuncios que generen el mayor valor para usuarios y anunciantes.
Y ellos, los expertos, también pueden fallar en la detección de publicidad indebida o estafas dentro de sus plataformas.
Las estafas más comunes en anuncios digitales
Entendiendo lo anterior, podemos darnos cuenta por que cierta publicidad “chatarra” o fraudulenta llega tan rápidamente a nuestra pantalla.
No es un mensaje divino ni una recomendación directa de la red social en cuestión. Es solo un agujero en el modelo de negocio de la tecnológica que busca llegar a nosotros a través de un anuncio con la única intención de que caigamos en la trampa y después desaparecer.
Negocios piramidales
Los esquemas ponzi o piramidales no son nuevos en el mundo, mucho menos la forma acelerada en la que buscan crecer para rápidamente embaucar a los inexpertos en el campo. Una persona se interesa en un anuncio acerca de una oportunidad de negocio, intercambia mensajes con uno de los “emprendedores” y se le pide una mínima inversión por concepto de derechos o primer lote de mercancías.
Es posible identificarlos por que se presentan como oportunidades alucinantes: aplicaciones descargables que harán ganar cientos de dólares o personas millonarias que dicen querer compartir sus secretos de éxito.
Para evitar caer en este tipo de estafas -e incluso muchas otras-, es recomendable analizar detenidamente el contexto de lo que ofrecen y de ser posible, asesorarse con algún experto en negocios.
Aplica tanto para negocios piramidales online como offline, ya que aunque somos principalmente digitales, las invitaciones a este tipo de “oportunidades” se dan hasta en los anuncios de periódico de cualquier ciudad.
Son una especie de espiral descendente en la que cae casi cualquier persona con aspiraciones financieras y en la cual se puede perder mucho tiempo y dinero.
Aquí no se debe confundir al uso de criptomonedas con el desgastado modelo de estafa tipo “Invierte en criptomonedas”. En primer lugar, porque las criptomonedas no son en sí un negocio, sino simplemente un facilitador del intercambio como lo es actualmente el dinero; y segundo, porque esta estafa es un modelo casi calcado al modelo de negocio piramidal.
Se pueden identificar por anuncios en los que mencionan palabras con gran hype como: Bitcoin, Ethereum, Exchange, Forex, Trading, etc. Todos estos son términos que las personas escuchan en los medios constantemente y ya son relacionados con nuevos millonarios o empresas tecnologías innovadoras.
Claro que si queremos evitar caer en ello, lo importante es reconocer que al igual que cualquier otra disciplina financiera, un modelo de negocio basado en criptomonedas requiere de alta preparación en economía y finanzas para lograr algún beneficio en el mediano o largo plazo.
Es posible consultar a expertos en el tema. Incluso las mismas empresas que ofrecen carteras digitales, como Bitso en México o Coinbase en Estados Unidos, ofrecen documentación muy interesante para iniciarse en el tema y constantemente comparten datos acerca del comportamiento financiero.
Y aunque este es uno de los sectores de mayor crecimiento, no sólo en México sino en el mundo, es importante considerar la volatilidad que presentan las criptomonedas, por lo que cualquier persona o empresa que ofrezca ganancias garantizadas simplemente nos está mintiendo.
Estafas en eventos deportivos
Unas de las cuestiones que más aprovechan aquellos que buscan dinero rápido en internet son las oportunidades rápidas, como lo son los eventos deportivos.
El segmento de las apuestas deportivas en México es uno de los gremios que han tenido crecimiento en los últimos años. Con las regulaciones actuales que legalizan el juego, decenas de nuevos operadores han entrado en la jugada y buscan hacerse con un pedazo del pastel, ofreciendo promociones y bonos que se anuncian en cada partido que vemos en televisión.
Los usuarios conocen este tipo de beneficios y saben que no se dan todo el tiempo. Es por eso que los estafadores aprovechan este tipo de oportunidades para anunciar bonos de bienvenida exclusivos o momios increíbles que realmente no pertenecen al operador de juego en cuestión.
Para ellos es fácil, publican un anuncio fraudulento y reciben los depósitos. Cuando los detecten y eliminen sus anuncios, el partido o evento deportivo habrá finalizado y simplemente habrán desaparecido con el dinero.
En este caso, para saber si es una estafa Caliente MX y algunos otros bookies deportivos ofrecen consejos de seguridad importantes en relación a los depósitos que sus usuarios realizan, tanto en sus servicios online como offline.
Podemos también realizar los doublecheck necesarios en nuestro navegador para ver que realmente la promoción que ofrece la casa de apuestas es real y que nos dirige hacia su sitio web oficial, o bien hacer cualquier movimiento a través de su aplicación móvil. Además de verificar si el evento deportivo aún recibe nuevos depósitos en el sitio oficial.
Ecommerce y productos fantasma
De seguro este es el modelo de estafa más conocido de todos. ¿Como funciona? Muy sencillo, se publica un anuncio ofreciendo algún producto de difícil acceso y a un precio verdaderamente alucinante.
Son anuncios breves y últimamente la gran mayoría son en video, por lo que son más comunes en Facebook e Instagram. Productos que juran curar la calvicie, bajar de peso, levantar el busto de la mujer, alaciar el cabello en 1 minuto, entre otros. Productos que se venden principalmente en los mercados populares de Asia y que ofrecen resultados mediocres. Eso sí, cuentan con un gran diseño y publicidad.
Lo que hacen los estafadores es simplemente traducirlos al español o al inglés, ofrecer un precio muy por debajo de la media y esperar a que las personas caigan. Ya sea depositando a una cuenta mexicana o extranjera, pero el dinero nunca se recuperará.
Sobra decir que son mucho más evidentes los que ofrecen smartphones u otros electrónicos de alta demanda, e incluso ropa o lentes de sol de grandes marcas. Los estafadores los anuncian por igual.
Para evitar caer en este tipo de trampas podemos revisar las referencias del sitio que ofrece las promociones. A través de Google, hacer una búsqueda en comentarios de Google o foros donde hagan mención a la empresa. En Facebook es más sencillo, ya que podemos revisar si la fanpage tiene suficiente número de likes, comentarios u opiniones que nos den certeza de que no es una empresa fantasma. En caso de no encontrar información, simplemente no comprar.
Por otro lado, si encontramos información suficiente pero seguimos con una pequeña duda, es recomendable usar métodos de pago como Paypal, Stripe, Conekta o MercadoPago. Estas empresas permiten solicitar un reembolso o bien, levantar un reclamo en caso de ser necesario.
¿Es posible detener la publicidad fraudulenta?
Claro. Aunque lo más importante es poder identificarlas para evitar caer en ellas, es esencial para dichas plataformas -en este caso Google y Facebook- enterarse lo antes posible de toda publicidad que pueda afectar la experiencia de sus usuarios.
Los buscadores y redes sociales viven de la publicidad, eso lo sabemos. No obstante, si un gran número de personas se viera afectada por este tipo de factores no sería de extrañar que dichas plataformas tuvieran una reducción importante en el número de sus usuarios y esto podría afectar seriamente su modelo de negocio a largo plazo.
En pocas palabras, aunque bannear este tipo de publicidad les afecte en el plazo inmediato, a largo plazo los convierte en empresas más seguras. Para ello, cada una de ellas tiene un botón o enlace dentro de la misma publicidad que permite a los usuarios reportarla o enviar un aviso a los verificadores humanos y algoritmos de validación.
Obviamente, entre mayor número de veces sean reportados será más rápida la respuesta de cada una de las plataformas.
Una mejor comunidad mejora la publicidad
Como se mencionaba en un inicio, los avances tecnológicos siempre representan desafíos.
Sin embargo, no por eso se debe demonizar ni atacar todos los problemas derivados de las nuevas tecnologías. De hecho, al observar cada caso podemos darnos cuenta que son simplemente modelos que han sido utilizados toda la vida por los estafadores y que ahora, a través de buscadores o redes sociales con millones de personas, tienen un mayor alcance.
Es por eso que hay un gran reto de cara a los nuevos tiempos en la publicidad digital. Y muchos más están por venir mientras avanzamos en nuestras formas de interactuar con la tecnología.
Pero así como la comunidad puede llegar a caer en este tipo de trampas, es la misma comunidad la que puede cooperar para intentar resolverlas. Desde la formación individual en relación al funcionamiento de los negocios y la publicidad online, hasta el trabajo colectivo al evitar promover dicha publicidad, principalmente en redes sociales.
No olvidando el sentido común, un gran aliado en nuestra seguridad online.