Lanzado en junio de 2021, Windows 11 prometía ser “el mejor Windows de la historia”. Sin embargo, a pesar de las nuevas características y una renovada estética, su adopción ha sido más lenta de lo esperado.
¿Por qué la reticencia a migrar a Windows 11?
En marzo de 2024, Windows 11 experimentó una caída en su cuota de mercado, pasando del 28,16% al 26,68%. Aunque este descenso es leve, contrasta con el crecimiento sostenido de Windows 10, que ahora ostenta el 69,07% de la cuota.
Algunos factores que frenan a los usuarios para actualizar a esta nueva versión podrían ser:
Requisitos del sistema: Windows 11 exige módulos TPM 2.0 y procesadores específicos, dejando fuera a equipos más antiguos.
Problemas de compatibilidad: Algunos programas y drivers no funcionan correctamente en Windows 11.
Percepción de usuarios: Windows 10 se ha consolidado como un sistema estable y versátil, satisfaciendo las necesidades de muchos usuarios.
No obstante, Windows 10 no será eterno. Su soporte finaliza el 14 de octubre de 2025, lo que podría impulsar la migración a Windows 11 en el futuro.
Mirando más allá de Windows
Windows sigue dominando el mercado global con un 72,47%, seguido por macOS (14,68%) y Linux (4,05%).
Microsoft ha diversificado su negocio, lo que reduce la dependencia del gigante tecnológico del mercado de sistemas operativos.
En resumen, la adopción de Windows 11 ha sido más lenta de lo previsto, pero aún es pronto para determinar su futuro. El fin del soporte de Windows 10 en 2025 podría ser un punto de inflexión en la migración a la nueva versión.