Debido a lo serio y peligroso que resultan todos los datos sensibles que hay en nuestros smartphones y la poca información disponible en la red acerca de los pasos a seguir cuando descubres que te han robado tu equipo ( tal vez difiera un poco cuando es uno quien lo pierde), consideramos que de este caso tristemente real, se debía sacar una experiencia positiva. Sabemos que los robos no van a parar, pero al menos ustedes estimados lectores, sabrán qué hacer. Les pedimos que si alguno de ustedes sabe de algunos pasos adicionales que pudieran ayudar a más gente, nos lo compartan. Los datos personales han sido omitidos como protección a la identidad de nuestro relator a quien le agradecemos su tiempo para compartirnos este lamentable suceso.
La verdad es que todo mundo sabe que ocurren estas cosas, se imaginan que serán robados o que a alguien más le robarán sus pertenencias en la vía pública, pero no es hasta que le pasa finalmente a uno y que además le quitan un teléfono smartphone que en verdad cae uno en cuenta de todo lo que implica. Medio se imaginarán las odiseas que tendrán que hacer, las claves que tendrán que cambiar, la información que pudieran llegar a tener a su disposición los responsables por el robo del smartphone en sí, pero hasta que les pasa, es cuándo realmente empiezas a detallar el detalle de pérdidas y riesgos sufridos por perder un simple aparato tan pequeño…
Un viernes en el verano del 2011 iba camino a encontrarme con unas amistades vía el Metrobús de la Ciudad de México. Por diferentes razones iba muy distraído. Para esto, normalmente soy de los que se sube al transporte público con la mano en el bolsillo protegiendo objetos de valor, puesto que no siempre traigo una chamarra ni una maleta en donde juntar todo para poder centralizar y proteger mis pertenencias. Pero ese viernes fue muy diferente. Los pendientes me atosigaban. Y para no variar, fue un viernes por la tarde, y el metrobús iba empaquetado a su máxima capacidad.
En una de las paradas más transcurridas de la línea, yo ya iba mentalizado a que se iban a bajar varías personas para cambiarse al metro. Me alejé de la puerta lo más posible, me fui adentrando hacía el lado opuesto de la puerta de salida, y este fue el momento en que me robaron el celular. Me di cuenta por una cosa, y eso fue que ya mero me arrancan la cabeza en el primer intento. Al momento no me cayó el veinte de que me estaban tratando de quitar el celular precisamente por la multitud que venía saliendo, pensé que seguramente alguien de alguna manera se había enganchado con mis audífonos (luego me acordé que los traía por adentro de la camisa así que obviamente no fue por eso… y venían conectados a mi celular). El segundo jalón fue cuando ya por fin lograron separarme del celular, y en ese momento dejé de escuchar música y ya por fin reaccioné.
Obviamente las preguntas son, ¿quién fue, en dónde está, qué hago? Pero la realidad es que no fue posible hacer ni averiguar nada. Y la policía de la estación simplemente me preguntó que quién fue, y obviamente no le pude decir nada. Pues en ese momento de inutilidad se me prendió el foco, pero a contraste de historias heroicas de smartphones rescatados, en este caso no aplica. Salí de la estación, corrí a un Vips y me colgué de su internet ya que traía la lap conmigo. Ingresé de inmediato a un sistema de rastreo que venía conectado a mi celular con toda la intención de rastrear mi teléfono, y de así ver cómo procedía.
¿Primera sorpresa? Los criminales ya se las saben lo suficientemente bien para desactivar los servicios de localización, tanta queja por todo el mundo sobre la privacidad, y es gracias a esto que me metieron el atorón de no poder localizar mi propio equipo. Jamás salió localizado a pesar de que lo había dejado activado. Así que me di cuenta de dos cosas: 1) Ya son más inteligentes los criminales al respecto del tema de los smartphones de lo que uno se presupone, y 2) No había pasado lo suficiente de tiempo entre mi último uso del celular (procuro no sacarlo nunca estando adentro de un camión, ni en las estaciones, pero el cierre con PIN se activaba a los 15 minutos).
¿Qué hice? Pues envíe un mensaje ofreciendo rescate por el teléfono y un número de contacto de un familiar, además de otro mensaje a mi familia avisándoles de lo que acababa de pasar y que posiblemente alguien hablaría ofreciendo devolverlo por un costo. Pasan unos minutos y nada. Decidí bloquear el celular con PIN ya que el rastreador permite esta función, pero en este momento sé que me queda muy poco tiempo para realizar más opciones. Si bloqueaba con PIN, el que me robó el teléfono seguro se daría cuenta de que tenía acceso inalámbrico y apagaría el equipo. Aún así, al momento pensé que igual y se me había caído y que yo estaba pensando mal. Pues… bien dicen que piensa mal y acertarás. No es un dicho que celebro, pero aveces sí aplica.
Bloquee el equipo, y mandé otro mensaje ofreciendo rescate. Después decidí que tenía que llegar a casa primero para dejar saber a mi familia que yo estaba bien, y segundo para darle seguimiento a todo. Ya en el Vips lo único que podía hacer era seguir viendo mi pantalla y esperar en Dios que un ratero no tuviera mi celular. Al llegar a casa se hizo evidente que lo había perdido para siempre. ¿Por qué?
- Nunca volvió a aparecer en el rastreador.
- Nunca más me llegaron confirmaciones del rastreador sobre mensajes que yo envíe al teléfono, ni del comando de borrado automático que mandé al final.
- Esto significó que habían apagado mi equipo, y para mi gran mala suerte a la empresa desarrolladora del equipo y del programa rastreador no se le ocurrió que esto pudiera haber sido un problema dentro del esquema de protección – apagan el teléfono, y ya no sabes más de tu teléfono.
Encima de esto tuve que hablar a Iusacell para pedir la anulación de mi línea por reporte de robo, porque han de saber que gracias al Consejo Ciudadano del Distrito Federal y un acuerdo común firmado por Telcel, Movistar, y Iusacell-Unefon, ahora por el reporte de robo vía telefónica sobre un celular, no solamente te anulan la línea hasta que lo vayas a reactivar, sino que también se pone en lista negra el código IMEI (un número de registro que todo celular tiene y utiliza para la conexión a las redes celulares), de tal manera que ese aparato celular no se puede volver a usar en todo México, por lo menos en esas tres redes.
Y pues me fascinó la idea, procedí con esto, y pensé que ya mi preciado smartphone ya había desaparecido por siempre… Pero aquí es en dónde realmente se puso buena la odisea. Vía telefónica me atendieron bien, no puedo hablar mal de Iusacell en ese aspecto y la verdad todo perfecto, sin embargo por vía telefónica nadie me pudo ni me quiso explicar bien si el IMEI se había quedado bloqueado ni mucho menos si tenían el IMEI de mi celular registrado. Esto fue muy importante para mi porque compré el equipo desbloqueado por en el extranjero. Yo tenía el código IMEI, pero no me constaba que Iusacell lo tuviera. Yo no entendía – ni mucho menos la gran mayoría de las personas con quiénes hablé por teléfono – que el código IMEI que se bloquea es el último que se quedó registrado por el acceso a la red celular. Y para esto, no me supieron explicar ese pequeño-gran detalle hasta el día siguiente en que me forzaron a ir a Iusacell en Tintoreto (por cierto, ahórrense la ida a esta sucursal porque en verdad son lo que le sigue a pésimos para resolver problemas – y se los digo a más de 12 años como cliente de ellos).
Para esto, fui por dos cosas: el asegurarme de que ya había quedado bloqueado el IMEI de mi celular, y que me reactivaran la línea en otro celular que me ha prestado mi hermano mientras tanto. Seguro se preguntarán sobre el seguro de celular o plan de protección. La verdad, por lo menos en Iusacell, son una bazofia y siempre lo han sido. No te cubren la totalidad del equipo robado, dañado ni perdido, y según sea el caso de como se les haya perdido el celular, tienen que proceder con distintos reportes que varían desde presentarse simple y sencillamente a Iusacell en caso de pérdida, hasta aplicar una denuncia en el Ministerio Público para luego llevar el papeleo correspondiente a Iusacell y que así te apliquen el seguro – que repito, no cubre la totalidad del aparato a reemplazar. En mi caso ni siquiera aplicaba porque mi celular no fue de Iusacell, así que un plan de protección o de seguro habría sido ridículo.
Iusacell me atendió relativamente e inicialmente bien en servicio a clientes. Me dieron chip nuevo, lo ingresé en mi equipo, pero jaló por la gran cantidad de diez segundos. La línea se bloqueo al reiniciar el equipo como te indican que se haga al obtener un nuevo SIM para la red GSM. Pensé que igual y había una falla en el chip o igual en el equipo que ya llevaba meses sin uso. El chiste es que me enviaron de cajón al servicio técnico a dónde al parecer todos los clientes de Iusacell en la sucursal Tintoreto son enviados a morir en la obsolencia total. Subí a ver por lo menos unas 20 personas esperando atención y resolución, y por lo que yo oí, ví, y viví personalmente, casi todos habían sido casos que no quisieron resolver abajo en servicio al cliente y que habían sido relegados a servicio técnico. La falta de esmero no solamente se palpaba en el aire sino que me ahogaba. Para cuando por fin me atendieron, me dijeron que el problema se resolvía abajo en servicio al cliente, y cuando mandaron a llamar la señorita que me había mandado arriba, se empezaron a echar la bolita.
La bolita terminó en mis hombros, porque claramente el equipo era Europeo (a pesar de provenir de Arabia Saudita y ser un teléfono para uso global/universal). Y la excusa fue que “los teléfonos europeos queman diferente los SIMs entonces no se puede hacer nada, y ya vimos que funcionan otras SIMs de Iusacell en tu celular, y hasta probamos tu SIM en otro equipo (mentira), pero solamente no funciona tu SIM en tu celular, así que por nuestra parte ya no podemos hacer más. El problema no es de nosotros.” ¡Va la bola!
A estás alturas ya había pasado 3-4 horas en Iusacell, y ya no quería saber nada de ellos ni de su gran inutilidad, ni mucho menos después de hablar con otros clientes que ya llevaban tres DÍAS esperando a que les resolvieran sus problemas.
Aquí hago pausa para mencionar otro paso que realicé el viernes por la noche. En el número telefónico del Consejo Ciudadano me indicaron que el reporte de robo lo manejaba Iusacell si es que ya lo había iniciado con ellos, entonces que ya no quedaba de mí iniciar nada. Sin embargo, en Iusacell me habían indicado que para poder bloquear exitosamente el IMEI tenía que presentar un Acta ante el Ministerio Público y llevarlo a Iusacell para que lo realizaran. Bienvenida la confusión… Previendo que me pudieran pedir el acta, decidí acercarme al Ministerio Público. Para esto, aceptan que hagas la denuncia vía internet en el sitio web del Ministerio Público Virtual. Después de un buen rato escribiendo y sacando la información que pedían, mandé un Acta Especial.
Un Acta Especial que para el sábado en la mañana en lo que iba en camino hacía Iusacell me aclaró el Ministerio Público que no procedía debido a los detalles de mi caso, y que se debía de enviar como Querella. Hablaré de sus diferencias pronto. Después de todo lo que pasó ese sábado con Iusacell, decidí averiguar más por internet sobre casos como el mío. Tenía que haber más información. Tenían que haber mas experiencias escritas en internet. Fíjense que no, o igual y sí los hay, pero están bien escondidos, o son casos de años antepasados que realmente no aplican contra la reglamentación moderna para robos de celular.
Es por esto que acabé buscando en PoderPDA. Yo no conocía PoderPDA bien antes de mediados del 2010, pero me he vuelto un lector casual del sitio y he tenido el gusto de interactuar con algunos de sus miembros vía twitter. Pensé que seguro aquí tendrían algo.
Pues sí, sí tenían. No tenían casos realmente descritos a fondo sobre el proceso después de un robo de un celular, ni si es que alguien se atreve a darle seguimiento ante el Ministerio Público, pero tienen varios artículos sobre rastreo de celulares ante el gobierno, nuevas leyes que quieren pasar en el Senado respecto al mismo tema debido a secuestros de personas y debido al narco, y es así como di con México S.O.S.
Para no hacerles el cuento más largo, porque falta mucho por comentar, al informarme con los artículos y acabar en el sitio de México S.O.S. decidí escribirles por correo electrónico para ver si de pura chiripa no había alguien que me pudiera ayudar en el tema de rastrear mi celular perdido por su código IMEI, o bien su número E911. El caso es que la respuesta fue “sí, pero no, pero sí, pero a ver, entonces hable a tal lado con fulanito de tal y te atenderán y blah blah blah.” Perdonarán el que lo escribiera así, pero así fue.
Hasta eso no fue en vano, pero casi. Lo que saque de esos sitios, y esas llamadas, fue el comunicarme directamente con la policía vía el sitio web de ellos, en dónde me atendieron muy amablemente y me siguieron canalizando (a pesar de que volví a acabar en el Ministerio Público), y en dónde me sugirieron hablar con la Administración del Metrobús por la posibilidad de que mi iPhone se hubiera perdido en el camión.
En Metrobús jamás salió, pero cabe mencionar que todo el personal siempre fue educado, amable, de gran ayuda y constancia. Tanto la policía que realmente funciona por aparte de la Administración del Metrobús, como el personal del Metrobús en sí. El caso es que por estos sucesos volví a aproximarme al Ministerio Público. ¿Por qué? Porque a pesar de que realizar una denuncia que sea Querella es todo un proceso que involucra una Averiguación Previa (el que la Procuraduría General de Justicia se involucre en una investigación total de los hechos ocurridos y busque al criminal como así se establece en las leyes mexicanas), bien me recordaron varias personas que mi celular posee no solamente información personal muy delicada, sino que también mi libreta de contactos, que en algunos casos, venían detallados a exageración.
Es por esto que se renovó mi preocupación. Son casi 200 contactos. Ya había ocurrido un rapto entre mis conocidos directos, y me quedé plenamente mortificado de la idea de que a pesar del bloqueo con PIN de mi smartphone, que el criminal fuera de alguna banda o narcos – o qué sé yo – que pudiera hackear el aparato y sacar toda mi información de los contactos – ni se diga mi información personal. Aclaro que yo hago servicio técnico para varios clientes, amistades y familiares míos en smartphones, por lo que sé sobre la gran facilidad para realizar estos hackeos.
Así que va la Querella…
Mandé el papeleo correspondiente vía internet de nuevo. A estas alturas ya había yo confirmado sin lugar a dudas que me habían robado el celular, que no iba a aparecer perdido por algún Metrobús, que no lo iban a encontrar mágicamente los policías, y por lo tanto dejé de perseguir el asunto por esos medios. Mi línea de celular no volvió a funcionar hasta cinco días después, pero fue gracias a la buena atención que recibí de Iusacell en la sucursal División del Norte.Se esmeraron por resolver el problema: el reporte por robo seguía activo, por lo cuál todo SIM que se activaba con mi línea se inutilizaba a los pocos segundos de entrar al sistema de Iusacell.
Por fin voy al Ministerio Público a verificar mi denuncia y firmar. Para esto, no tenía yo idea de cómo era el proceso, pero tenía desde cuentos de terror de que el Ministerio me encerraría en un cuartito y me interrogarían por horas y me harían sentir que yo era un criminal por atreverme a la denuncia, hasta el aspecto de que me ignorarían o que me atenderían rápido y saldría en segundos. Yo rogaba por lo último a pesar de mi interés en seguir con el proceso tanto por la información de mis contactos, como por las puras ganas de saber qué haría el Ministerio Público al realizarse el debido proceso que tanta gente había evitado hacer por tanto tiempo y a tal grado que no encontré información de un caso 100% desarrollado ni descrito por ningún lado en internet.
Me topé con varias sorpresas. Para empezar, me recibieron y atendieron bien. Me mandaron a la oficina de una señorita muy agradable y quién atiende los casos denunciados por internet. Ella mandó imprimir mi denuncia, la revisó, me preguntó si alguien me había asesorado en escribirla, y al firmar la confirmación de que la querella era tal cuál como la había descrito, mandó mi caso con una agente del Ministerio.
Me regresaron a la sala de espera, y a los 10 o 15 minutos ya estaba con la primera agente ya en sí del Ministerio Público para lo que sería el proceso de someter mi Querella a la PGJ. Ya sé, suena rebuscado porque pensarían que ya todo estaba en sistema, pero no es así. Tenían mi denuncia, pero no procedía a ser nada hasta el momento en que yo confirmara con esta agente que quería realizar la Querella.
Aquí vino la siguiente sorpresa. La agente procedió con educación, paciencia y amabilidad a atender mi caso, me informó que de proceder me enviaría a entrevista para corroborar mi declaración de los sucesos, y que de ahí proseguía mi caso a la etapa de la Averiguación Previa. Teniendo yo muchas dudas al respecto, le pregunté que para qué pedían que nosotros los ciudadanos declaráramos estos sucesos, porque yo sinceramente pensaba que era una pérdida de tiempo, pero que lo había hecho en base a mi libreta de contactos que se encontraba en mi celular que se pudiera usar para diversos fines, y porque había leído del caso en el Senado sobre las leyes (no aprobadas) que apoyarían el rastrear los equipos vía sus códigos IMEI y/o E911.
La agente se frustro bastante, no por mi, sino por darse cuenta de que mi interés iba por el lado de proteger potenciales víctimas futuros por el robo de mi equipo y por el lado de la posibilidad de rastrear el equipo en sí. Su frustración se debió a que normalmente estos casos los tramitan como Actas Especiales en los cuáles queda registrado el robo, con los datos del equipo, y en una base de datos de la Procuraduría General de Justicia. La idea es que si el aparato celular robado vuelve a surgir en un caso futuro, ellos tengan la información necesaria para realizar el rastreo, y de encontrarse el equipo, realizar cualquier procedimiento legal en el que este involucrado el aparato, y finalmente se devuelva al usuario que lo reportó robado desde un principio. Eso es todo, según me dieron a entender.
Sin embargo, en la Querella, tienen que proceder a realizar toda la Averiguación Previa, y es realizar la entrevista con el denunciante (yo, en este caso), y mandar el caso a la Fiscalía Descentralizada correspondiente para que los agentes correspondientes realicen toda la investigación detrás del robo. Esto es, en mi caso particular: ir a la estación del Metrobús en dónde me robaron para hablar con la policía que estuvo de guardía, revisar si había cámara de seguridad y si se vió posiblemente el acto del robo o el aparato celular robado y quién lo traía, tratar de identificar positivamente a esta persona, indagar su localización, proceder a su arresto, etc, etc, etc.
Y encima de eso, sí realizan los rastreos de los equipos en sí, pero…. la división de cibercrímenes del Distrito Federal posee la gran cantidad – según la agente que me trato – de 5 agentes. Esos agentes lidian con todos los casos correspondientes a cualquier crimen que tenga algo que ver con internet, celulares, toda tecnología informática que pudiera tener algún interés en cualquier caso que se presente en el Distrito Federal.
En pocas palabras, para cuándo la división de cibercrímenes llegue a mi caso, seguramente habrá pasado por lo menos un año de la denuncia, y si el IMEI del equipo se bloqueo debidamente, seguramente ni se estará usando en México o si se usa será por alguna modificación del código IMEI del aparato (que también es ilegal y bastante difícil de realizar en la mayoría de los teléfonos, según sé), porque simplemente Iusacell nunca realizó el bloqueo del IMEI que se debía realizar, o porque simplemente alguien lo logró desbloquear dentro de la lista negra de cualquiera de las telefonías correspondientes.
Así que por un lado, se dará seguimiento a mi caso y hay la posibilidad de detener un criminal que pudiera formar parte de una banda dedicada al robo de celulares – a pesar del impuesto bloqueo de IMEIs que supuestamente se persigue a nivel nacional en México – y muy improbablemente me devuelvan el equipo, pero en este tiempo que ya pasó y que seguirá pasando, lo más probable es que si pudieron sacar alguna información, ya lo hayan sacado.
De ahí la frustración del agente porque lo más probable es que no se encuentre un culpable, de encontrarse yo no lo podría identificar, y mi equipo probablemente ya hasta desapareció en algún mercado, y si pudieron sacar la información pues ya lo tienen todo para estas alturas.
Obviamente ya habiendo llegado a esta etapa seguiré adelante con el caso, no hubo vuelta atrás desde el momento en que la agente ingresó la querella. Ya me entrevistaron en el Ministerio. La reacción de los agentes entrevistadores al caso fue de un trato amable, paciente, y con preguntas muy inteligentes sobre como ocurrió todo, al grado en que se interesaron mucho en saber sobre rastreos GPS, sobre el sistema de rastreo, sobre las posibilidades de Iusacell para rastrear el equipo, sobre lo que me ocurrió, sobre los eventos específicos del robo y del por qué no vi quién me robo el equipo, todo. En ningún momento se me faltó el respeto, en ningún momento se ridiculizó lo ocurrido, y entendieron perfectamente mi preocupación por los datos de mis contactos, y hasta me asesoraron sobre como proceder en caso de que sufriera yo una extorsión telefónica o alguno de mis conocidos lo sufrieran.
Lo más probable es que no salga nada de la investigación de la Querella, no por la capacidad o incapacidad de los agentes del Ministerio Público, sino por lo difícil que será encontrar algún culpable, y más aún la dificultad de rastrear el equipo. Hay muy poco personal en la división de cibercrímenes como para que se molesten en rastrear un celular que PUDIERA usarse para algún crimen futuro, y tienen miles de casos que vienen antes que el mío, y obviamente casos muchísimo más importantes como son casos de pornografía infantil, raptos, narcotraficantes, etc, que tienen y deben tomar prioridad sobre casi cualquier caso de un celular robado.
- 1) Siempre tener activado el PIN en mi celular en todo momento, así me acabe de hartar de tenerlo con PIN, no lo vuelvo a poner con tiempo – no es una protección total contra el hackeo, pero por lo menos es una defensa inicial, y hay algunos celulares que no pueden ser hackeados con el fin de sacarles información teniendo el PIN.
- 2) No tener tantos datos sensibles en el celular, o bien tenerlos muy bien protegidos en la medida que sea posible.
- 3) No dejar de insistir con las empresas de manufactura de celular en que sigan mejorando y hasta sugerir cómo podrían mejorar las medidas de seguridad en sus aparatos, ya que así como podrán ignorarme, también les interesa seguir vendiendo y seguir mejorando para obtener más ventas.
- 4) Ser más paranoico en cuanto a guardar mis claves y usuarios automáticamente en el celular, y simplemente no hacerlo.
- 5) No dejar de lado el seguir los procesos tanto legales como comerciales para que ni el gobierno ni las empresas dejen de lado su parte de la responsabilidad y también mejoren sus procesos.
- 6) Tener muchísimo más cuidado con el celular que traiga, sea cuál sea.
- 7) No volver a confiarme jamás de manera exclusiva de las medidas de protección de ninguna empresa de software o de celulares. Por muy buenos medios que desarrollen, claramente los criminales buscan la manera de superarlos por lo que debo estar atento siempre a implementar más y mejores medidas o simplemente nulificar el efecto que pudieran tener sobre mis contactos y yo al momento de que yo posiblemente pierda un celular o sufra un robo.
- Y para quiénes quieran saber cuál es el proceso, basado en parte en instrucciones del Consejo Ciudadano del Distrito Federal, a seguir en un caso de robo de celular:
- 1) Hablar inmediatamente a su proveedor (Telcel, Movistar, Iusacell-Unefon) para reportar el robo.
- 1A) De tener su propio sistema de rastreo, úsenlo de inmediato ya que no siempre dependerá de su proveedor el uso debido de los productos que tengan.
- 1B) De haber encontrado su equipo exitosamente vía rastreo, jamás intenten recuperar el equipo por cuenta propia si existe la duda de que pudiera estar en manos de alguien que se los haya robado, busquen a un policía quién vaya de parte de ustedes o los acompañe – tendrán que someter una denuncia posterior a ello pero mejor eso a pagar con sus vidas u otros daños por verse bravos.
- 1C) De ser posible, y como alternativa a las opciones anteriores, marquen a su propio celular para intentar recuperarlo con la persona que lo haya encontrado, pero háganlo de la forma más segura posible – no se expongan a la posibilidad de ser extorsionados ni secuestrados.
- 2) Si no han recuperado su celular, y durante el reporte de robo, dejen claro que desean que ese equipo, y no nada más su número telefónico, queden neutralizados – su número telefónico se puede reactivar después, pero el equipo debe quedar inservible (en teoría) para siempre.
- 2A) De ser necesario para el bloqueo del equipo, proceder a una sucursal de su proveedor con los papeles que les pidan y que podrían incluir: identificación oficial vigente, factura del aparato telefónico y denuncia ante el ministerio público.
- 3) Si siguen sin recuperar el celular y realizaron los pasos anteriores pero no han ido al Ministerio Público para reportar un robo o la pérdida del equipo, en el caso de la pérdida de equipo con la pura denuncia a su empresa celular ya queda registrado por la PGJ y las empresas celulares. En caso de robo, deberán proceder al Ministerio Público para la denuncia.
En este caso la experiencia fue en el DF y pudiera variar en los diferentes estados y con el operador, pero los paso a seguir serían similares o idénticos. No olviden consultar las instancias legales de su ciudad para guiarse.
Por último para el DF se piden los siguientes datos para hacer la querella y el acta.
- Correo electrónico
- Nombre completo
- Domicilio
- Número telefónico
- Nacionalidad
- Lugar de Nacimiento
- Fecha de Nacimiento
- Edad
- Escolaridad
- Ocupación
- Religión
- Documento de Identificación
- Estado Civil
- Lugar de los hechos (domiciliación):
- Estado
- Delegación o Municipio
- Colonia
- C.P.
- Calle y número
- Entre que calles
- Fecha y Hora
- Otros Datos (adicionales para describir la localización)
- Número telefónico del aparato perdido o extraviado
- Marca
- Modelo
- Titular de la línea telefónica
- Proveedor del servicio de telefonía
- Usuario de la línea
- Párrafo con la narración de los hechos
- Otros hechos relevantes (generalmente el proceso posterior al robo que se siguió)
- Si fue pérdida o robo
- Propiedad: personal, de negocio, u otro
- Placas del vehículo (de aplicar)
- Objeto pérdido o robado
- Cantidad pérdida o robada
- Descripción (marca, modelo, serie, color, etc)
- Valor total de lo robado
- Armas
- Número de Armas
- Si portaban armas o no
- Descripción de las armas
- Nombre completo
- Dirección del indiciado
- Media filiación (descripción física)
Bloqueo de Celulares
Con la finalidad de facilitar a los usuarios que sean víctimas de robo de celular la posibilidad de cancelar su teléfono, desde el 1 de diciembre las compañías Telcel, Telefónica, Iusacell y Unefon establecieron un nuevo mecanismo para realizar el trámite, a través de sus centros de contacto telefónico.
De esta manera, a través de la iniciativa impulsada por el Consejo Ciudadano ante las empresas de telefonía celular, sólo bastará con una llamada para dejar inoperante el aparato celular además de la línea telefónica, con lo cual se vuelve imposible su uso para actividades delictivas.
Ante la importancia de este trabajo conjunto entre sociedad civil y la iniciativa privada a favor de la seguridad de todos en el país, las empresas Iusacell y Unefon se sumaron al Acuerdo de Intercambio de Información para Evitar el Reúso de Teléfonos Celulares Robados, firmado en primera instancia por Telcel y Telefónica México.
Esta medida de cancelación con una llamada a los centros de atención telefónica se suma a la ya existente, en donde se requiere presentar una averiguación previa sobre el robo.
Recuerda que en el Consejo Ciudadano estamos para servirte en la línea ciudadana 5533 5533 las 24 horas del día los 365 días del año.
Boletín del evento del 5 de noviembre del 2010
Anular teléfonos celulares robados para evitar su uso en actividades delictivas
El Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia del Distrito Federal solicitó a las autoridades y las compañías de telefonía celular aplicar la cancelación operativa de los aparatos que sean producto del robo, con la finalidad de eliminar su uso en actividades delictivas e incluso incidir a la baje en el robo a transeúnte, principal delito que se cometen en el país.
El organismo tiene registros de 30 mil números de teléfonos celulares de donde se realizaron intentos de extorsión, los cuales podrían limitarse si las compañías telefónicas cancelaran el IMEI (International Mobile Equipment Identity, identidad internacional del equipo móvil) del aparato, que lo anula para funcionar con cualquier chip diferente que se le instale.
El IMEI es único a cada teléfono GSM fabricado, es un número de serie que hace las veces de patente o documento de identidad internacional en la Red. No hay dos teléfonos celulares con un mismo número y se registra en la compañía junto con el chip que contiene, por lo que su cancelación y aviso entre compañías permitiría anular su uso en caso de robo o extravío.
El Consejo Ciudadano considera que este hecho permitiría también anular la búsqueda del celular como un objetivo en el delito de robo a transeúnte, ya que no podría ser utilizado nuevamente y por ello su venta en el mercado negro o hasta formal sería inútil, siendo descartado incluso como moneda de cambio por viciosos.
De acuerdo con datos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, el robo de celular es la primera modalidad registrada en los delitos de bajo impacto social en lo que va de 2009, con 4 mil 107 denuncias en el periodo del mes de enero a septiembre de este año, lo que significa que diariamente 15 personas denuncian el robo de su aparato telefónico.
Este delito representa el 15 por ciento del total de denuncias presentadas por robos menores ante la dependencia capitalina, lo cual puede bajar si la medida de cancelación del IMEI se lleva a cabo, para lo cual las autoridades policíacas deben informar a las compañías telefónicas y verificar la cancelación de este número.
El Consejo Ciudadano exhorta a las autoridades y compañías a cancelar los aparatos telefónics que sean robados como una medida que incidirá no solo en la comisión del ilícito de extorsiones telefónicas, sino también en el de robo a transeúnte, ya que de acuerdo a estimaciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal la mitad de los robos a transeúntes son para despojar a las personas de sus teléfonos móviles.
De igual forma, el organismo pide a los ciudadanos conocer su número de IMEI, para lo cual sólo tienen que marcar *#06# en el equipo, y guardar el número, para exigir a las autoridades o la compañía telefónica su cancelación en caso de robo o extravío, así, cada vez que se sumen más personas a esta demanda ambas instancias se verán obligadas a su aplicación.
Desactivar celulares robados o extraviados convenio de Telefónicas con El Consejo
En un acto inédito, las telefónicas Telcel y Movistar firmaron el Acuerdo de Intercambio de Información para Evitar el Reúso de Teléfonos Celulares Robados, acción promovida por El Consejo Ciudadano de Seguridad Púbica y Procuración de Justicia del Distrito Federal, para inhibir el uso delictivo de los aparatos de telefonía móvil.
El presidente del organismo ciudadano, Luis Wertman Zaslav, fue testigo de honor en la firma del Acuerdo, encabezada por Miguel Calderón Lelo de Larrea, director de Planeación Estratégica de Telefónica México, y Daniel Bernal Salazar, subdirector de Asuntos Regulatorios de Telcel, con lo cual se anula el uso de celulares con tecnología GSM e ITS si fueron producto del robo.
En conferencia de prensa, Luis Wertman Zaslav destacó que este acuerdo demuestra la sinergia que puede lograr los ciudadanos y la iniciativa privada, para trabajar a favor de la seguridad en el país. Esta acción significa un avance que permite cancelar no sólo la línea telefónica, sino el aparato celular, para evitar que pueda ser activado y utilizado posteriormente para actividades delictivas, agregó.
Explicó que este acuerdo cancela el IMEI (International Mobile Equipment Identity) de los aparatos celulares, lo que permitirá incidir con una reducción del robo a transeúnte, ya que se considera que cerca del 40% de los delitos de este tipo son para robar principalmente el teléfono celular. También repercutirá en el mercado negro de celulares, nutrido en muchas ocasiones del robo y, finalmente, podrá hacer que descienda otro tipo de delitos donde se valen del uso de un celular.
Destacó que El Consejo Ciudadano abre su Centro de Contacto para que a través del 5533-5533 nos puedan llamar para denunciar el robo simple, sin violencia, de su celular, ya que mediante el programa Ministerio Público Virtual Telefónico, que se impulsó junto con la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal, es posible iniciar una averiguación previa o bien obtener una Acta Especial, necesaria para tener el respaldo del robo del aparato.
Finalmente, subrayó que el Consejo Ciudadano está a favor de una ampliación del plazo para la inscripción de los teléfonos al Registro Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (RENAUT),pero para ser utilizado en la validación y verificación de la veracidad de su contenido, para que pueda ser realmente un instrumento eficaz contra el delito.
Por su parte, Daniel Bernal Salazar, subdirector de Asuntos Regulatorios de Telcel, explic?ó que este acuerdo permitirá intercambiar la información del IMEI de los teléfonos reportados como robados por los usuarios a las compañías o al Consejo, para que no pueda ser activado con ningún otro chip, ya sea de Telcel o Movistar.
Explicó que esta medida es de carácter nacional y se espera entré en operación plena a partir del 1 de mayo, fecha en la cual Telcel y Movistar intercambiarán sus listas de números IMEI de teléfonos robados para su cancelación, cuidando la confidencialidad del cliente y su número de línea.
En tanto, Miguel Calderón Lelo de Larrea destacó que este acuerdo abarca prácticamente todos los teléfonos en el país con tecnología GSM ó ITS, que son más del 90 por ciento de los celulares que existen actualmente y le da un alcance prácticamente universal, pero que no excluye a otras compañías para sumarse si asumen esta tecnología.
Así lo afirmó el presidente del Consejo Ciudadano, Luis Wertman Zaslav, en conferencia de prensa ofrecida junto con el Coordinador de Asuntos Regulatorios de Telcel, Daniel Bernal; el Director Regulatorio de Telefónica México, Jorge Arreola; y el Director de Producto de Iusacell-Unefon, Carlos Muñoz Maraboli, para dar a conocer la ampliación del Convenio, con el cual se logra una cobertura del 96 por ciento de los móviles usados en todo el país.
Wertman Zaslav subrayó que el Consejo Ciudadano, en conjunto con las operadoras de telefonía celular trabajaron coordinadamente con el propósito de facilitar los procesos de denuncia para cancelar los aparatos telefónicos, así, a partir del 1 de diciembre las compañías pondrán en marcha nuevos mecanismos ágiles, en este caso mediante los centros de atención telefónica.
La importancia del acuerdo cobra una mayor dimensión hacia el fin de año por uno de los principales problemas de seguridad que aquejan al país, las extorsiones telefónicas, dijo el titular del Consejo. Así lo demuestra el hecho de que el organismo ciudadano ha recibido 351 mil 220 reportes de intentos en 35 meses, el 10 por ciento del interior de la república, de los cuales se han evitado el 97 por ciento, es decir 340 mil 411 pagos pero se ha consumado el restante tres por ciento, esto es 10 mil 809.
Destacó que las modalidades más comunes de este delito son los mensajes vía celular, con 44 mil 933 reportes; el supuesto hijo o familiar secuestrado con 34 mil 540; el pariente que viene del extranjero, con 33 mil 948; el ganador de premio con 17 mil 801; la amenaza de secuestro, con 10 mil 099, y el de supuestos integrantes de grupos delictivos, con 8 mil 891.
Agregó que el Consejo tiene detectado diez números telefónicos de celulares desde los cuales se han reportado mil 576 llamados de extorsón; de uno solo de ellos se han registrado más de 200 llamados.
Por su parte, Daniel Bernal, Coordinador de Asuntos Regulatorios de Telcel, destacó que a 60 días del acuerdo se han desactivado mil 556 celulares, mil 203 de Telcel y 353 de Telefó?nica, lo cual demuestra que la ciudadanía ha empezado a entender y usar este mecanismo.
Sin embargo, subrayo que a partir del 1 de diciembre se establecerán nuevas medidas para la cancelación del aparato, que irán desde la presentación de las facturas de los equipos, hasta llamadas a los centros telefónicos.
Por su parte, Jorge Arreola, director Regulatorio de Telefónica México, subrayó que esta medida es una buena acción del sector privado y la sociedad civil en el cual se acelera un procedimiento y una mecánica a favor de la denuncia, la cual es fundamental para castigar o reducir el delito, por lo que invitó a la gente a no dejar de reportar ni dar de baja su aparato celular.
Finalmente, Carlos Muñoz Maraboli, director de Producto de Iusacell-Unefon, destacó que es para la compañía una excelente oportunidad para sumarse a una acción que busca mejorar los niveles de vida de los ciudadanos y es política de la empresa participar en este tipo de medidas