Andy Rubin es el Vicepresidente de Ingeniería en Google y está al mando del departamento de desarrollo de Android, la plataforma de código abierto de Goolge para teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles. En The New York Times recogen unas declaraciones que probablemente no aporten nada nuevo a lo que todos ya sabemos o esperábamos, pero que sí resultan de interés teniendo en cuenta de quien proceden.
El artículo empieza con el típico baile de números: Android ya supone un 9% del mercado en Estados Unidos y se espera que crezca exponencialmente ya que en breve lo veremos funcionando en Tablets y set-top boxes. Según Andy, el crecimiento de Android era previsible ya que es un sistema operativo abierto y disponible para varias plataformas. Al preguntarle si espera que Android supere algún día a iPhone y BlackBerry, la respuesta es contundente: “No sé cuando va a ocurrir, pero estoy convencido que va a suceder“.
Primera declaración de interés para los usuarios: La próxima versión de Android 2.2 incorporará nativamente la tecnología Flash, vetada por Apple para su iPhone, a la que critica abiertamente: “No me gustaría vivir bajo el mando de un gobierno totalitario“, en clara alusión a la censura que Apple aplica a los desarrolladores de aplicaciones. Y es que según Robin, la tendencia es que los usuarios se preocupen cada vez más del software de sus dispositivos, dando mucha importancia a que sea abierto y accesible, sin restricciones.
Para corroborar que Android es un sistema abierto, asegura que “estamos trabajando con el mismo SDK que el resto de programadores tiene disponible para descargar. Por ejemplo, la aplicación Gmail está escrita con este mismo SDK. Nuestros competidores tienen APIs privadas, nosotros no. No tenemos secretos.“
Preguntado por las recientes declaraciones de Steve Jobs cuando decía “Si alguien quiere porno que se compre un Android“, se muestra mucho más elegante no entrando en el juego: “Es un estilo diferente de interactuar con el público y los medios de comunicación“.
Por último, destacar una reflexión que no dejará a nadie indiferente. Rubin reconoce que se ha comprado un iPad, pero que en realidad era para su esposa. Al preguntarle acerca de este dispositivo dice que no cree que coma terreno a los portátiles y que se trata de un dispositivo para “un grupo demográfico que consume más que produce“.