No es primera vez que se sabe que un smartphone ha evitado la muerte de sus dueños al interponerse en el camino de una bala. La batería del HTC EVO, un BlackBerry Bold y hasta iPhone han sido barreras efectivas y ahora el modelo “económico”, el iPhone 5C, ha funcionado efectivamente en esta tarea.
Entre todas las pruebas que se hacen a los equipos, por lo general no se realizan de balística, siendo casos de violencia en donde aparece cómo los smartphones si están en la ubicación adecuada, pueden salvar una vida. Ese fue el caso de Daniel Kennedy, cuyo equipo evitó que le dieran un balazo.
Al enfrentarse a una pandilla adolescente en octubre del año pasado en Reino Unido, fue disparado, cuando les reclamó que cerraran el suministro de agua en un bloque de departamentos donde vive, siendo después hostigado por los adolescentes. Después de discutir con ellos, uno de ellos, Ryan Duggan le disparó al abdomen y huyó.
Si bien el smartphone no evitó que no fuera herido del todo, si se llevó la mayor parte del daño. Según la policía, de no haber estado en el lugar correcto ( e salió del bolsillo de su chamarra en la discusión), la víctima hubiera muerto desangrada.
Con información de Chesire Constabulary.
