Que los productos fabricados por Apple sean resistentes no es nada nuevo, mi propio iPod Touch 2G ha sobrevivido a infinidad de caídas y sigue funcionando. Sin embargo, todas las caídas a las que se ha sometido mi iPod parecen de lo más insignificantes comparadas con la noticia que recorre el mundo el día de hoy: un iPhone 4 sobrevivió intacto a una caída de 1,000 pies, algo así como 300 metros.
El afortunado (o desafortunado, como se vean las cosas) dueño de este iPhone es Ron Walker, piloto de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, quien el pasado 16 de marzo se encontraba en unas prácticas de paracaidismo. Al abrir la puerta del avión para buscar la marca de aterrizaje en tierra, los fuertes vientos de casi 250 kilómetros por hora arrancaron al teléfono de su sello de velcro, haciéndolo caer 1,000 pies.
Al regresar a tierra, Walker , quien ya daba por perdido su teléfono, contó esta anécdota a sus colegas, uno de los cuales instaló la aplicación “Find my iPhone” en su iPhone para buscar al iPhone de su amigo. Minutos después la aplicación sorprendentemente localizó al iPhone de Walker, lo que quería decir que éste seguía con vida, en un área boscosa a 2 millas de su ubicación.
Al encontrarlo, sorprendentemente el teléfono se encontraba intacto: ni un rayón y seguía funcional. Su caída en un área boscosa y el uso de una funda Griffin indudablemente ayudaron a amortiguar el golpe. Aún así, es de reconocer que no cualquier teléfono hubiera sobrevivido y, lo que es más sorprendente aun, siguiera funcionando completamente tras una caída de tal magnitud.
Vía: TUAW
