LG, Samsung y Sony, entre otros fabricantes, han presentado los nuevos estandartes con los que competirán este año. Si bien cada ejemplar tiene características que los hacen únicos, los tres buques de estos fabricantes tienen una cosa en común: son potenciados por el Snapdragon 820.
Esto quiere decir que la potencia, conexión a redes inalámbrica y capacidad de carga rápida Quick Charge 3.0 están aseguradas… o al menos eso se creía. En anteriores ocasiones, la propia Qualcomm ha confirmado que el LG G5 cuenta con soporte para esta tecnología, pero no sucede lo mismo con el Galaxy S7. ¿Por qué? Al parecer se debe a incompatibilidad con el Exynos 8890 de Samsung, lo cual tiene sentido, pero no justifica que la variante con corazón de dragón también eche en falta esta característica.
Mientras el ecosistema tecnológico espera una justificación más sensata, Qualcomm también ha confirmado que el Xperia X Performance, nuevo buque insignia de la compañía japonesa, tampoco cuenta con soporte para QuickCharge 3.0 sino que por el contrario hace uso de QuickCharge 2.0. ¿La razón de esto? Nadie sabe.
¿Por qué si los tres flagships en cuestión cuentan con el mismo procesador solo uno tiene soporte para QuickCharge 3.0? Realmente es una pregunta interesante, pero que por ahora permanecerá sin respuesta, al menos hasta que los fabricantes o el responsable de los semiconductores se animen a dar una respuesta sensata.
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