Cada estado decide por medio de sus organismos gubernamentales, las disposiciones en que se rigen diferentes aspectos. En el caso de todo tipo de transporte en la Ciudad de México, se aplica la Ley de Movilidad, la cual ha cambiado, afectando desde al servicio UberPOOL, el cual queda prohibido (para alegría de los conductores).
Para servicios como Uber y Cabify, los automóviles deberán tener menos de 10 años de antigüedad, estar registrados para este propósito ante la Semovi y tener calcomanía cero o doble cero. Además, se prohíbe “el servicio de transporte de pasajeros privado especializado con chofer, que se genere a través de dos o más solicitudes con una misma unidad vehicular que realice el mismo viaje a diversas personas, en un mismo recorrido, trayecto o ruta” (artículo 59), lo que es una identificación clara de cómo funciona UberPOOL.
Otros cambios, y esos son bienvenidos, es solicitar exámenes toxicológicos a todos quienes manejen transporte público, así como que los camiones escolares deberán traer a personal que cuide la integridad de los menores y todos quienes aspiren a una licencia deberán pasar un examen de manejo en los centros aprobados por la Secretaría de Movilidad (Semovi) del gobierno capitalino.
Para realizar marchas, se pedirá un permiso con al menos 48 horas de anticipación; entre los lineamientos curiosos, se prohíben las bolsas o paquetes de gran tamaño que estorben a los pasajeros del transporte público.
Con información de El Financiero y Periódico Oficial
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