Samsung está teniendo problemas últimamente con el recién estrenado Galaxy Note 7 y no se refieren solo a los fallos de software y hardware que lo dejan inservible, sino también a los casos que se siguen acumulando de inesperadas explosiones, lo que ha hecho que se detengan las entregas del mismo.
La empresa coreana ha dado a conocer que se están realizando pruebas adicionales del control de calidad al equipo antes de que sean entregados a los usuarios. La declaración no dice qué aspectos se están examinando ni en qué países se han retrasado las entregas pero está documentado que en Estados Unidos y en algunos países de Europa y hasta en Corea se han registrado esos casos.
Sin importar el retraso, es bueno que la empresa esté tomando acciones antes de que el equipo llegue a los usuarios, aunque estas medidas debió haberlas hechas antes, sobre todo porque la demanda es alta y es vital para los resultados de la segunda mitad del año. Si a eso se le agrega que hay desde antes quedaron “cortos” y eso que todavía no se ha lanzado en todos los mercados van a tener que correr con la producción.
Con información de Reuters