En la historia del mundo tecnológico moderno nunca habíamos tenido un caso tan problemático relacionado con un producto cuyos defectos podían dejar daños irremediables, pero siempre hay una primera vez. Samsung Galaxy Note 7 quedará marcado en la historia del mundo, pues tan solo unos días después de su presentación oficial y puesta en venta en agosto pasado comenzaron a surgir casos de explosiones e incendios.
Samsung tomó cartas en el asunto, determinando que el problema estaba en las baterías fabricadas por Samsung SDI, por ello hizo un recall para sustituir las 2.5 millones de unidades vendidas mundialmente, aunque dicha llamada a servicio tendría un costo de $1,000 millones de dólares para la compañía, pero con tal de no perder su reputación tomarían el riesgo.
La semana pasada surgieron informes sobre explosiones e incendios de las unidades de reemplazo del Galaxy Note 7, por ello desde este lunes por la mañana Samsung detuvo temporalmente la venta del dispositivo a nivel mundial, aunque apenas la semana pasada comentábamos que en México nuevamente estaba a la venta el Galaxy Note 7.
Esta mañana despertamos con que Samsung detendrá permanentemente la producción del Galaxy Note 7, una decisión tomada solamente un día después de la suspensión temporal. Además, las ventas del Galaxy Note 7 están suspendidas indefinidamente, por lo cual, en pocas palabras, podemos decir que el Galaxy Note 7 ha muerto oficialmente.
“Nos tomamos la seguridad de nuestros clientes como nuestra mayor prioridad, por ello decidimos detener las ventas y la producción del Galaxy Note 7”, declaró Samsung tras caer un 8% en la bolsa de valores de Corea, registrando una de las caídas más importantes en los últimos años para el gigante surcoreano.
Samsung no tenía otra alternativa, pues hacer una segunda llamada a servicio resultaría mucho más costoso y arriesgado dado que al parecer no solamente se trata de las baterías. Según estimaciones de los analistas, Samsung tendría una pérdida de $17,000 millones de dólares tras los incidentes y ventas pérdidas de 19 millones de unidades del Galaxy Note 7 que tenía previsto vender la compañía durante la vida de este terminal.
Además, la familia Galaxy Note no volverá a ser la misma debido a que con el daño hecho en las últimas semanas quedará marcado en su ADN a lo largo de la historia, aunado a ello Samsung tendrá un daño en su reputación debido a que la misma compañía intentó solventar el problema con un recall, pero no funcionó, cuando desde un principio pudo detener todo para encontrar con calma la falla y una solución.
Ahora solamente nos queda esperar al Galaxy S8 que llegue para solucionar y enmendar todo lo que ha dejado el Galaxy Note 7.
Con información de Bloomberg
