Sarahah, el mensajero anónimo

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Lo que aparece en Internet, se queda en Internet, lo que se lee en Snapchat y Telegram…desaparece al leer, pero en todo caso se sabe quién lo dijo y a quién se le dijo. Sarahah cambia todo eso siendo el éxito de esta app.

Es curioso cómo surgen algunas ideas que parecen extrañas al comienzo, pero luego son un éxito, sobre todo entre los adolescentes de Estados Unidos y Reino Unido y potencialmente, en el resto del mundo.

Con un historial laboral, Sarahah fue creado como un sistema de mensajería anónima para alentar a los trabajadores para expresarse con sus jefes sin temor a despidos. En todas las apps cualquiera puede ver que Fulanito le escribe a Menganito y enterarse qué le dijo. Eso no pasa con Sarahah.

Lo que hace es que una vez que el usuario se registre, se le da un enlace para que comparta con los amigos o lo publique en línea y quien quiera que lo reciba, puede enviar mensajes de forma anónima. El receptor no tiene forma de saber quién lo escribió o de responderle.

Al comienzo era un sitio web, creado por el desarrollador de Arabia Sauduta Zaub -al-Abidin Tawfiq.  Al darse cuenta que la idea podría convertirse en un mensajero, desarrolló la app, la cual distribuyó con amigos para recibir los comentarios. Es por eso que en Medio Oriente y África fue exitosa con dicho formato, pero ahora busca conquistar este lado del mundo. Con poco más de un mes, la app está disponible en la Apple Store y Google Play.

El problema que presenta la app, como es de esperar, es que el anonimato da libertad para expresar opiniones crudas, sin censura, pudiendo caer en el bullying, afectando a los destinatarios, sobre todo adolescentes, por lo que en personas sin la suficiente madurez para aceptar críticas, pueden verse emocionalmente afectados.

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