Con tal de mejorar el diseño industrial de los smartphones, así como el uso de mejores materiales en su construcción, los fabricantes han dejado de incluir componentes que los usuarios puedan cambiar facilmente.
Tal es el caso del recientemente anunciado HTC One M9, pero resulta ser uno de los más difíciles de reparar. La razón es que HTC ha decidido usar varios pegamentos en los componentes. La batería se encuentra abajo de la tarjeta madre del dispositivo y sí, estos dos componentes están adheridos, la fuente señala que esto podría llegar a ser peligroso.
Resulta que hasta un proceso muy común y que debería ser el más simple, como reparar una pantalla quebrada resulta difícil, pues para acceder a la pantalla se deben remover todos los componentes y circuitos del mismo. Lo anterior resulta en una calificación de tan sólo 2 puntos de 10, misma que obtuvo su antecesor y mejorando ligeramente su puntuación respecto al HTC One original, primer dispositivo que tuvo una puntuación de 1 de 10.
Con información de iFixit