Android One es una apuesta de Google para fortalecer su presencia en el segmento de smartphones de entrada con propuestas por debajo de 100 dólares, pero el proyecto no ha resultado tan exitoso como se esperaba a pesar del apoyo de varios fabricantes.
El problema de Android One radicaría en que los fabricantes interesados debían adquirir componentes específicos con determinados suministradores, eliminado la posibilidad de diferenciar sus productos o negociar mejores precios en los componentes.
Google ha tomado en cuenta este problema, por lo cual modificará su política para permitir a los fabricantes adquirir cualquier tipo de componentes como el suministrador de su preferencia, por lo cual próximamente podríamos ver mejores modelos de Android One.
Asimismo, Google modificará algunos puntos del software, pues ahora las actualizaciones serán liberadas por los fabricantes en lugar de Google, pues ellos adaptaban el sistema operativo a los diferentes modelos, pero quieren evitar hacer ese trabajo adicional.
Por último, los fabricantes podrían introducir un cierto nivel de personalización en los equipos Android One, eliminando ese toque de Android Pure que tendrían los equipos. Afectando así al usuario, pues la personalización consume recursos en un equipo limitado.
Con información de WSJ