Todavía no termina la controversia por las baterías explosivas del Galaxy Note 7 cuando Samsung, en Estados Unidos, ha sido demandada por un smartphone que explotó. No se trata de ese equipo, sino del Galaxy S7 Edge.
La noticia sería menos relevante si fuera el primer caso, pero lo cierto es que no lo es. Lo interesante es que en este caso no se estaba recargando, estaba dentro del bolsillo cuando de repente se incendió provocando quemaduras de segundo y tercer grado a Daniel Ramírez, propietario del equipo, quien demandó en la Corte Superior de Nueva Jersey a la empresa.
El equipo fue comprado en Best Buy en marzo pero el 30 de mayo, mientras trabajaba en la librería de Amazon en Ohio, el teléfono que estaba en su bolsillo se quemó, quemando su pierna cuando el pantalón derretido se fundió. Debido a esto se le tuvo que poner injertos de piel, causándole lesiones de por vida. Sin embargo, por ahora no se conocen demandas a causa del Note 7.
Esperemos que sea un incidente aislado, porque después de todo, no hay smartphone que no se sobrecaliente. En el primer caso explotó al dejarlo cargado en la noche, pero en este no. Las lesiones son realmente impresionantes como para agregarlas a la nota pero se pueden ver en la fuente. Sin importar la marca, es mejor no poner el smartphone dentro del bolsillo por precaución.
Con información de Class Action
