Hace unos días que Microsoft desveló sus planes para Windows Azure, un servicio de infraestructuras en la nube (Infrastructure-as-a-Service, IaaS) al que pretenden dar un giro y cambiar el servicio hacia el modelo de plataforma en la nube (Platform-as-a-Service, PaaS), es decir, ofrecer a los usuarios, aproximadamente dentro de un año, un conjunto de herramientas, servicios y sistemas de gestión que permita a los usuarios concentrarse únicamente en el desarrollo de aplicaciones. La idea es sencilla, sobre todo, teniendo en cuenta que en Estados Unidos las empresas suelen trasladar a la nube, sobre todo, entornos de desarrollo, por lo que aglutinando todas las herramientas necesarias en un único servicio, el desarrollo de aplicaciones orientadas a la nube se facilita, haciendo más sencillo, posteriormente, el paso a explotación de las mismas.
Microsoft está complicando bastante el esquema de Azure, quizás demasiado para ser un servicio en la nube que pretende ser ágil y permitir despliegues rápidos. Actualmente, la plataforma no permite ejecutar instalaciones de software que requiera permisos de administrador, lo cual es bastante normal en servicios basados en la nube, sin embargo, a final de año, Azure permitirá acceso en modo administrador y en escritorio remoto a las distintas instancias que estén activas en la plataforma; un golpe de timón que puede resultar algo arriesgado. Además, fijando el foco en los entornos para desarrollo de plataformas, se incluirá un sistema de gestión de entornos virtuales, por ejemplo para realizar pruebas, ejecutados en la nube (lógicamente serán entornos basados en productos Microsoft: Windows Server 2008 y 2003, lo cual cierra bastante el campo de acción).
El paquete se completa con SQL Azure (la versión de SQL server para la nube), SQL Azure Reporting (para la gestión de informes y cuadros de mando) o funciones de sincronización pensando en aplicaciones orientadas a servicios y aplicaciones en movilidad. Y si el entorno parece demasiado grande, Microsoft se fija en Amazon y ofrecerá un servicio similar al EC2, es decir, microinstancias algo más recortadas en recursos y funcionalidades, orientadas a desarrollos algo más modestos y sin muchos requisitos.
No obstante, no todo es tan bonito como parece, empezando por la facturación por el uso de la plataforma, que mantiene la rígida tabla de precios y que además no permite integrarla con servicios de terceros, por lo que si alguna empresa desarrollase algún servicio para Azure, tendría que implementar su propio sistema de monitorización y facturación, totalmente desacoplado del propio Azure. Personalmente, me parece un sistema bastante cerrado, casi un búnker en la nube más que un servicio flexible que permita gestionar de manera rápida entornos de desarrollo.
Como producto completo, he de reconocer que es una firme apuesta la de Microsoft. Parece que han sabido ver las necesidades actuales del mercado del cloud computing, al menos en Estados Unidos, y se han lanzado a él. Un servicio “todo en uno” es algo bastante tentador, si bien, sigue siendo un producto bastante cerrado y acotado para desarrollos orientados a ser prestados bajo Windows Server. De todas formas, teniendo en cuenta que Azure proviene de un desarrollo para uso interno, todo apunta a que le van a sacar bastante partido al producto.
Con este nuevo movimiento, Microsoft cubre prácticamente los tres modelos de servicio asociados al cloud computing (software, infraestructuras y plataformas). Parece que se ven nubes desde las ventanas de Microsoft.
Extraído de Bitelia