Windows 7 beta 1: un buen comienzo

 

Windows 7 beta 1: un buen comienzo

Windows 7 ya ha llegado a los usuarios gracias a una versión «beta pública» que Microsoft ha ofrecido para su descarga desde Internet. Las versiones beta son la fase anterior a los productos definitivos: los fabricantes las hacen públicas para que más gente las pruebe en diversas condiciones de trabajo, los desarrolladores se aseguren de que sus productos son compatibles y al tiempo sirven para revisar posibles fallos e ir «animando» el mercado. En teoría el producto definitivo no añadirá nuevas funciones a las que ya tiene y se parecerá a lo que se puede ver hoy en día. El objetivo original de Microsoft es que Windows 7 esté listo para enero de 2010 e incluso podría adelantarse a finales de 2009.

Lo más relevante en el nuevo Windows 7
  • Mejor rendimiento en todos los aspectos
  • Nueva barra de tareas más fácil de usar
  • Mejoras de interfaz en busca de la simplicidad
  • Mayor compatibilidad
  • Mejoras en diversos aspectos multimedia
Aunque el nombre elegido ha sido Windows 7, bien podría haberse llamado Windows 6.1 o Windows Vista «mejorado», que haría más honor al gran parecido que conservan. Las críticas a Vista, que se lanzó justamente hace dos años, han sido tantas que muchos usuarios no dieron el salto desde Windows XP y otros incluso volvieron a la versión anterior. La lentitud de arranque o en las copias de ficheros a través de USB, el alto consumo de RAM, la complejidad en la detección de redes y los problemas de compatibilidad fueron muchas de las quejas de los usuarios que han sido especialmente atendidas en Windows 7.

Instalación rápida y sencilla

Los requisitos mínimos para instalar Windows 7 son los mismos que para Vista: un PC con procesador de 32 ó 64 bits que corra al menos a 1 GHz, 1 GB de memoria RAM, 16 GB libres en el disco duro, unidad DVD y tarjeta gráfica con soporte de DirectX con 128 MB si se quiere utilizar la tecnología Aero para mejorar el aspecto del sistema.

La beta que se puede probar a día de hoy se denomina Beta 1 Build 7000, todavía en inglés. Microsoft ha anunciado que irá actualizándola cada semana con pequeñas revisiones y mejoras, que llevarán posteriormente a una Beta 2 hacia julio-agosto y a las versiones de pre-lanzamiento casi definitivas tras el verano. Durante todo este año se irán pudiendo ver esos avances y mejoras casi de forma continua, en un ciclo de desarrollo moderno y adecuado.

La instalación completa de Windows 7 es rápida y requiere entre 20 y 30 minutos, la apreciación general de quienes ya lo han probado en diversos equipos es que se realiza sin problemas. Una vez instalado, el ordenador arranca en unos 20 segundos, que es una de las primeras mejoras respecto a sistemas anteriores.

Mejoras de interfaz y aspecto

El escritorio de Windows 7 ha sido mejorado: ahora permite organizar los gadgets en cualquier parte, así como las ventanas y su tamaño, de forma inteligente, mediante gestos del ratón. Los ordenadores equipados con tecnología táctil multitouch mejoran aún más esas posibilidades.

La barra de tareas es el cambio sustancial más visible: ahora tanto los programas activos como los que se usan a menudo están representados como iconos en la parte izquierda, mientras la parte derecha queda reservada para las notificaciones. El menú Inicio se conserva con alguna mejora, y los iconos de esta «superbarra de tareas» permiten interactuar con las diversas ventanas o pestañas de cada aplicación directamente, si están preparadas para ello (la estupenda integración con Explorer 8 sería un buen ejemplo). Cada icono da acceso a una «lista Jump» que es una serie de opciones inteligentes en el menú, según el contexto en el que se esté en ese momento, con las diversas acciones que se pueden realizar.

El nuevo concepto llamado Libraries permite organizar más fácilmente los ficheros de música, vídeo, imágenes y documentos. Esto forma parte de la nueva organización del ordenador en cuatro áreas: favoritos, equipo, red y libraries, más eficiente y flexible que en Vista, pues permite crear nuevos grupos de contenidos e interactuar con las carpetas directamente.

Algunas de las aplicaciones del sistema como Paint, WordPad o la Calculadora han sido también actualizados tras varios años: ahora utilizan el sistema Ribbon que se popularizó con Office 2007 en el que paletas de iconos y texto reemplazan a las opciones de los menús, que la gente tendía a ignorar y no utilizar. Como navegador incorpora Explorer 8 que desde hace tiempo también está disponible en beta para Vista y que es otro avance respecto a la versión 7 en cuanto a rendimiento y robustez.

Mejoras generales

El cambio más positivo en el que coinciden quienes ha probado Windows 7 es el del mejor rendimiento y menor consumo de memoria RAM, dos aspectos que se han mejorado espectacularmente respecto a los Windows anteriores. En las cuestiones de seguridad, el sistema es ahora más modular, de modo que se puede decidir no instalar componentes que antes eran obligatorios: eso simplifica el sistema y mejora la interacción con el usuario, mientras se mantiene la robustez. En la instalación de nuevas aplicaciones, por ejemplo, Vista y XP eran más inflexibles, mientras que ahora ciertos aspectos se resuelven automáticamente sin requerir la intervención del usuario, que ya no es asediado con tantas alertas y avisos como antes.

En el terreno multimedia, Windows 7 incorpora de serie soporte para ciertos tipos de contenidos, por ejemplo vídeos en formatos DivX, XviD, H.264, MOV y MP4, de modo que ya no es necesario instalar todos esos codecs. El nuevo Windows Media Player 12 ha mejorado notablemente su rendimiento y ya no necesita cargar la librería para visualizar ficheros, de modo que es mucho más ligero. Windows Media Center ahora puede intercambiar directamente el contenido multimedia de una XBox 360 (u otros PCs con Windows 7) que estén conectados al equipo en red e incluso permite grabación desde televisión con el hardware apropiado.

De XP a Windows 7, evitando la frustración

Muchos usuarios continúan usando Windows XP, habiendo ignorado a Windows Vista por diversas razones. Estas serían algunas buenas razones para ni siquiera intentar el «doble salto» de pasar a Windows 7 y frustrarse más todavía:
  • El ordenador debe tener un procesador suficientemente rápido, e incluso un poco por encima del mínimo recomendado, para que todo funcione suavemente: un Intel Core Duo a 1,8 GHz y 1 GB de RAM son suficientes para disfrutar del nuevo sistema.
  • Un Windows 7 sin Aero es como una comida insípida, de modo que para que la experiencia sea completa y agradable se necesita que Aero pueda funcionar. Eso implica contar con una tarjeta gráfica con 128 MB de RAM y que soporte DirectX 9 (cualquier tarjeta ATI o GeForce relativamente moderna serviría).
  • Hay que asegurarse de que las aplicaciones y drivers que se vayan a utilizar en el equipo estén actualizadas a la última versión: usar software antiguo puede perjudicar notablemente el rendimiento. Existen listas de compatibilidad para comprobar cada programa y, en cuanto a drivers los que sean compatibles con Windows Vista son suficientes a día de hoy (no se necesitan especialmente drivers para Windows 7).
  • Conclusión: hacia el futuro, aprendiendo de los errores del pasado

    Windows 7 tiene una tarea difícil, que va más allá de lo puramente técnico: limpiar el sinsabor que Vista supuso para muchos usuarios. Aunque en la práctica no es un salto cuantitativo como el de XP a Vista, es una gran mejora -tal vez la que se esperaba hace dos años- que probablemente incluso se supere a sí misma a lo largo de los próximos meses.

    La expectación que hay sobre Windows 7 es notablemente más positiva que la que había sobre Vista, a lo cual ayuda que el panorama del hardware actual también haya mejorado. En esta primera prueba, las mejoras en el kernel (el núcleo del sistema) y la búsqueda de la simplicidad en las interfaces se ven como son un avance notable. En algunos mercados puede incluso que se abra paso más fácilmente que en otros, como en el de los ultra-portátiles o los portátiles con pantallas táctiles.

    Las incógnitas que quedan por despejar son principalmente dos: cómo la estrategia empresarial de Microsoft puede afectar al producto final y cuántas versiones o «sabores» de Windows 7 habrá y sus precios definitivos (ahora mismo existen cinco, que son a todas luces excesivas). La otra gran incógnita será ver si todas estas mejoras de Windows 7 son suficientes para que los clientes, tanto particulares como empresas, lo aceptan como el sistema operativo de referencia para sus casas y lugares de trabajo.

    Extraido de MicroSiervos

     

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