Smartphones, ¿Los cigarros del nuevo siglo?

Los smartphones son adictivos, de acuerdo a un estudio al regulador de telecomunicaciones británico Ofcom, el cual, como muchos otros estudio en el área, enfatiza en como la gente hace cosas como usar sus smartphones en el baño o no prestar atención a sus hijo y como estas acciones afectan el comportamiento social.

En la nota de prensa es de notarse que se utiliza la palabra “adicción” en una variedad de formas distintas, incluyendo el momento en que se menciona que el 37% de los adultos y el 60% de los adolescentes admiten que son “altamente adictos” a estos dispositivos.

Pero, ¿Por que no habrían de serlo? Gracias a aplicaciones como Twitter, Mensajería o incluso el correo electrónico nos aseguramos de que hay alguien del otro lado que nos escucha y se preocupa por nosotros (o al menos eso nos gusta creer). Y si las repercusiones de esa forma sencilla y limitada de socialización electrónica significa tener menos tiempo para refleccionar, discutir o tener difíciles conversaciones con quienes están parados frente a nosotros, entonces vale la pena preguntarse qué significa para la gente, la sociedad y los negocios. Seguramente algunos de nosotros nos hemos quedado atendiendo el teléfono en lugar de pasar tiempo con nuestra familia u otras situaciones sociales.

Beneficios en los negocios de nuestra adicción.

“30% de los usuarios de smartphones dicen tomar llamadas personales en el trabajo, comparado con el 23% de usuarios de equipos convencionales. Sin embargo, los usuarios de smartphones parecen atender mas llamadas de trabajo durante vacaciones o fiestas. El 70% indica que alguna vez lo ha hecho, contra un 24% que admite hacerlo regularmente y un 16% de los usuarios de equipos convencionales”

Así que al parecer hay un impulso en cuestión de  trabajo derivado de nuestra adicción, pero ¿a costa de que? Aquí las opiniones son encontradas. Se gasta mucho tiempo concentrándose en el uso de tecnología.

“El 81% de los usuarios de smartphones tienen su equipo encendido todo el tiempo, incluso mientras duermen, con un 38% de los adultos y un 40% de los jóvenes que admiten usar su teléfono después de que los despierta. El 51% de los adultos y el 65% de los jóvenes dicen haber usado sus smartphones mientras socializaban con otros, cerca de un 23% de los adultos y un 34% de los adolecentes han usado sus equipos a la hora de la comida y un 22% de los adultos junto con un 47% de los adolecentes usuarios de smartphones admitieron haber usado o contestado a sus equipos mientras estaban en el baño”.

Pero piensen en los niños.

Sin embargo, el resultado real es que no sabemos como esto puede afectar a las personas. ¿Podemos llevar infecciones masicas de E. coli a las personas por llevar nuestros smartphones del baño al comedor?¿Podemos decir si esos adolecentes envían mensajes a sus padres mientras socializan con sus amigos? ¿ Podemos decir que los preescolares de hoy tendrán daños irreparables por que sus padres prefieren enviar tweets o correos en lugar de hablar con sus hijos? Los estudios unicamente dicen que, en realidad, no lo sabemos.

Lo que si sabemos es que esta tendencia de “adicción” esta orillando a la gente a gastar mas dinero y tiempo en estos equipos, lo cual puede ser una espada de doble filo para los operadores móviles, pero en general es bueno para el ecosistema móvil. Entre otros datos también es de notar que “mientras que a la población británica le tomó 15 años que la mitad de la población tenga un celular y 14 años para la televisión multicanal, otras tecnologías como TV online y las redes sociales alcanzaron esta marca en tan solo 4 años”.

No son sólo los smartphones, también es la web.

La adicción a los smartphones es sólo un ejemplo de la difusión de la banda ancha en la vida cotidiana. El estudio de Ofcom también se enfoca en ello, lo que es mucho más profundo y más penetrante que la simple adicción a los smartphones. Los dispositivos conectados a banda ancha cambian nuestra sociedad y nos obliga a adaptarnos de formas que pueden ser perjudiciales en algunos casos y en otros benéficos.

Así que en vez de usar palabras como “adicto” y haciendo hincapié en la cantidad de tiempo que las personas gastan en los teléfonos inteligentes, tal vez sería mejor centrarse en cómo la banda ancha, como la electricidad, va a cambiar la manera de vivir y las empresas que pueden construir. Claro, la electricidad se consideraba perjudicial en algunos círculos, pero permitió que una gran industria cambió la forma en que vivimos. Tecnologías de apoyo como la banda ancha no se puede considerar desde un solo punto de vista. Así, mientras que los teléfonos inteligentes pueden ser adictivos, son también el comienzo de una nueva era que va a generar nuevas oportunidades y cambiar la forma en la sociedad se comporta. Apenas estamos empezando a descubrir cómo.

Fuente: Gigaom.

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