También, al igual que la SGAE en España, aseguraban que descargar archivos y compartirlos en redes P2P es un delito (aunque no citaban la ley). Al final postergaron las multas a usuarios P2P porque al intentar espiar a los mexicanos cometían un delito. Al verse “acorralados” en este aspecto decidieron enfocar sus esfuerzos en contra de los cybercafés que lograron que miembros de la Agencia Federal de Investigación de México (AFI, el equivalente al FBI) catearan este tipo de negocios en búsqueda de “programas específicos para reproducir música de forma ilegal” (WTF?).
Más de un año después de que causaran todo ese ruido, vuelven a ser Jaime Campos, representante de AMPROFON dice que a su organización on le preocupa los usuarios que descargan música para uso personal, haciendo hincapié que la ley faculta a los usuarios a crear su copia privada.
Jaime Campos también asegura que es la piratería la culpable de que tiendas online como Tarabú o Beon no se hayan posicionado ni hayan tenido éxito en México. Lamentablemente Campos confunde “descarga” con “piratería” (¿o es a propósito?), la realidad es otra: esas dos tiendas no funcionan en México y no funcionarían en ningún otro país porque simplemente están mal hechas, venden canciones que usan formatos no estándares que no pueden ser escuchados en un iPod (el reproductor de música más usado), con sistemas de pago que no se ajustan a la realidad de los jóvenes mexcianos ¿Cómo esperan vender entonces?
Vía: Marca Beta
Extraido de Alt1040