Gabriel Contreras en su columna de Milenio destaca algunos puntos que debe ser del conocimiento del novel usuario de telefonía celular al realizar el trámite de adquisición del mismo…
La versión oficial señala que esta medida se realiza para tener un consenso general del número de celulares que hay en el país, y así conocer al verdadero dueño del número para detectarlo en casos como estafas o amenazas telefónicas que hoy están más de moda, además para controlar las grabaciones de llamadas privadas que han quemado a más un de “respetable” político.
Para evitar que este tipo de delitos sigan propagándose en el país, el gobierno, conjuntamente con las compañías telefónicas, acordó que cada persona registre su celular. El proceso es sencillo, usted manda un mensaje –que no le cuesta- a la compañía telefónica que le provea del servicio, da sus datos generales –el CURP o su número del IFE- y listo.
Sin embargo, esta medida esconde muchas otras vertientes que no se les ha informado a la ciudadanía y que representan mayores riesgos que protecciones.
Cuando usted registre su celular, estará otorgando información confidencial a empresas privadas como Telcel o Iusacell, o en el peor de los casos, a una trasnacional extranjera como lo es Movistar.
De esta manera, cada compañía sabrá dónde vive usted, cuántos teléfonos tienen por casa habitación y que disponibilidad de efectivo poseen. ¿Y cómo sabrán esto último?, es sencillo, puesto que cada recarga que usted haga en su celular quedará registrada en el sistema de datos, por lo que las compañías podrán saber si la persona en cuestión abona 100, 200 o hasta 500 pesos en su aparato y con qué frecuencia.
Ahora bien, si usted piensa que esta información sólo será del conocimiento de empresas como Telcel o Movistar, esta en un error. Estas empresas mantienen contratos con los bancos extranjeros –puesto que ya casi no hay bancos mexicanos- para que éstos últimos ofrezcan sus servicios por teléfono; ¿A usted lo han despertado a las 6 de la mañana ofreciéndole una tarjeta en el teléfono de su hogar? Pues prepárese para recibir esta misma clase de llamadas en su celular.
Las ramificaciones de esta medida son tan amplias y nebulosas que hasta dan miedo. El posible padrón de propietarios de celulares, al que tendrán acceso los bancos, también servirá para localizar a los morosos, que ya ascienden a casi 10 millones de personas.
Pero el problema se magnifica. En las pasadas elecciones del 2006, trascendió que el Gobierno Mexicano –bajo el control del panista Vicente Fox- autorizó la venta de parte del Padrón Electoral a la empresa norteamericana la empresa “Choice Point” (El Universal/ 16 de septiembre 2006); por si fuera poco, como parte de la Operación Mérida, el Gobierno mexicano –ahora encabezado por Felipe Calderón- adquirió “sofisticados instrumentos para monitoreo aéreo e intervención de telecomunicaciones” (Jornada/ 19 de noviembre del 2007) que también se conoce como espionaje bajo la excusa de la Operación Mérida.
En el panorama político, recordemos que algunos casos de corrupción en México se han conocido mediante la grabación de llamadas a ciertos políticos: Mario Marín y Surcar Kuri, Luis Téllez o las ligas de Bejarano. De esta manera, todos estamos expuestos a que nuestras conversaciones telefónicas puedan ser intervenidas por el Cisen, que es el centro de espionaje del sistema mexicano.
Así que, si el estado mexicano ya vendió ¿parte? del padrón electoral del IFE a una empresa norteamericana, qué podemos pensar ahora que ya tenga el padrón de poseedores de teléfonos celulares.
A efectos de esta medida de registro están exentos los aparatos de radiocomunicación como el famoso Nextel, que dicho sea de paso, es el medio de comunicación favorito por el narcotráfico.
Enlace: El registro de los celulares
Extraido de RegioBlogs