Los dispositivos que ganaron bastante fama en 2015, y por ende dieron buenos resultados económicos, fueron los aviones no tripulados. Su uso incrementó de manera considerable y pasaron de ser “juguetes” a herramientas de entretenimiento, trabajo, hasta para entrega de productos. Aprovechando este boom, el fabricante de drones más popular del mundo, DJI dio a conocer nuevas versiones de los dos modelos que representan las ventas más altas: Phantom e Inspire.
El primero de este par, el Inspire 1, recibió unas leves mejoras además de incluir la disponibilidad en negro; en cambio el Phantom recibió una actualización muy interesante convirtiéndose en Phantom 3 4K, el cual no tiene sistema de enlace descendente de video Lightbridge de DJI, sustituyendo dicha función por Wi-Fi. Eso significa que su video en vivo tiene menos alcance y es de menor calidad. A pesar de esto, DJI intregró una cámara 4K que anteriormente sólo estaba disponible en el Phantom 3 Professional (con precios por encima de la segunda generación de Phantom).
La desventaja aquí es entre la calidad final de la imagen grabada y la distancia a la que se puede pilotar con eficacia. Con el sistema Lightbridge, según el fabricante, se puede obtener un streaming de alta definición de la cámara del dron a una distancia de 5 kilómetros (aproximadamente 3.1 millas). Con el nuevo Phantom 3 4K, que se basa en Wi-Fi, se obtiene una imagen de 480p y un alcance máximo de 1.2 kilómetros (aproximadamente tres cuartas partes de una milla). El Phantom 3 4K cuesta $999 USD, en comparación con $1,259 USD para el profesional.
En Estados Unidos, va en contra de las regulaciones de la FAA para volar un avión no tripulado pues supera el rango visible del piloto. Así que para la mayoría de los principiantes, tres cuartas partes de una milla suena poco pero es mucho más de lo permitido.
Con información de The Verge
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