SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, ha presentado un diseño preliminar del vehículo espacial que se encargará de desorbitar y destruir la Estación Espacial Internacional (EEI) al final de su vida útil.
La propuesta, que destaca por su simplicidad y eficiencia, ha sido recibida con gran interés por la comunidad científica y espacial.
Un diseño innovador y eficiente
A diferencia de las propuestas futuristas que se barajaban inicialmente, el diseño de SpaceX apuesta por un enfoque más práctico y efectivo. El vehículo espacial, que se acoplará a la EEI en la década de 2030, tendrá la forma de una cápsula blanca similar a los módulos que componen la estación actual.
Sin embargo, este nuevo módulo estará equipado con seis veces más propelente que la nave espacial Dragon de SpaceX y será cuatro veces más potente, lo que le permitirá cumplir con la desafiante tarea de desorbitar las 420 toneladas de la EEI.
Aprovechando la experiencia espacial
“Si bien no existe un vehículo actual que cumpla con los requisitos específicos para desorbitar la EEI, podemos aprovechar la experiencia y tecnología espacial ya probadas“, afirmó Dana Weigel, responsable del programa de la estación espacial en la NASA.
De esta manera, el diseño de SpaceX se basa en la estructura de la nave Dragon, pero la mitad del vehículo será de nuevo diseño e incorporará tecnología de desorbitación completamente nueva.
Contrato histórico y un futuro prometedor
El contrato entre la NASA y SpaceX para la construcción del vehículo espacial de desorbitación tiene un valor potencial total de $843 millones de dólares y representa un hito importante en la colaboración entre el sector público y privado para la exploración espacial.
La construcción del vehículo se estima que tomará entre cinco y ocho años, por lo que las labores han comenzado con antelación para garantizar el retiro de la EEI en 2030, tal y como está previsto.
La EEI ha sido un bastión de la investigación espacial durante 25 años, albergando a cerca de 270 astronautas de diferentes nacionalidades y permitiendo la realización de más de 3.300 experimentos en microgravedad.
Sin embargo, tras un cuarto de siglo en órbita, la estación espacial presenta signos de desgaste y su retiro es necesario para garantizar la seguridad de las futuras misiones espaciales.
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