Cuando pensamos en buscar alternativas energéticas para ayudarnos a recargar un smartphone o cualquier otro dispositivo, por lo general pensamos en baterías pero ¿qué tal si en vez de eso usáramos energía obtenida de nuestro propio cuerpo? Sería una forma ecológica y económica además de que nos ayudaría a quemar algunas calorías. ¿Correr? ¿caminar? ¿mover los brazos? No. Sólo bastaría con mover la quijada, como cuando se masca chicle. Esa es la idea de un par de investigadores de la Montreal’s École de Technologie Supérieure, llamados Aidin Delnavaz y Jérémie Voix, quienes crearon unos auriculares que obtienen energía de los músculos al masticar, platicar o rechinar los dientes .
Este equipo funciona con fibras piexoeléctricas, hebras de material que convierten el movimiento en electricidad. Estas fibras se presentan en forma de una correa para la barbilla y se unen por ambos lados a unas orejeras. A medida que la boca se mueve, éstas generan energía en el proceso. La cantidad de energía recabada es de apenas 10 microwatts por minuto, una cantidad muy pequeña que no sirve ni para encender una lámpara de baterías.
Aunque no es el primer uso que se le da a estas fibras, es una forma novedosa de emplearlas, si bien no es muy útil por ahora, pero puede ser que a futuro se pueda crear una forma de mejorar este invento para que genere más energía.
A mi parecer, su uso como sensor y generador de energía podrá aplicarse a otras partes del cuerpo que diariamente tienen más movimiento por ejemplo, los brazos o piernas, donde al caminar o escribir, se usan de forma más frecuente que la barbilla. Este prototipo tiene un precio de producción de $600 USD por lo que no es viable.
Esperemos que llegue el día en que los wearables al hacer contacto con los movimientos humanos sea suficiente para recargarlos.
Fuente: Gizmodo