París se prepara para recibir a los taxis voladores. Una barcaza en el río Sena servirá como base temporal para estos novedosos vehículos durante los Juegos Olímpicos de 2024.
La iniciativa, impulsada por el gobierno francés, ha generado opiniones encontradas: algunos la ven como un símbolo de innovación y progreso, mientras que otros alertan sobre su impacto ambiental y social.
Un proyecto piloto con objetivos ambiciosos
La plataforma, ubicada cerca de la estación de tren de Austerlitz, funcionará hasta finales de diciembre y permitirá realizar hasta 900 viajes gratuitos de demostración entre las 8:00 y las 17:00 horas.
Los vuelos, que aún no cuentan con la certificación de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, se realizarán cada 30 minutos y tendrán un carácter informativo y promocional.
Los eVTOL (Electric Vertical Take-Off and Landing) son aeronaves que despegan y aterrizan verticalmente, impulsadas por motores eléctricos.
Las autoridades francesas ven en estos vehículos una alternativa sostenible y eficiente para el transporte urbano, especialmente en ciudades congestionadas como París.
Preocupaciones ambientales y sociales
Sin embargo, la iniciativa ha sido criticada por grupos ecologistas y por el propio Ayuntamiento de París. Argumentan que los taxis voladores contaminarán el aire y el ruido, además de suponer un consumo excesivo de energía.
También se cuestiona la seguridad de estos vehículos y su elevado costo, que los hace inaccesibles para la mayoría de la población.
La contaminación del Sena, un tema latente
Las aguas del Sena ya están afectadas por la contaminación derivada de diversos factores, como los residuos de embarcaciones, los vertidos urbanos y las condiciones climáticas.
La introducción de los taxis voladores podría agravar este problema, especialmente si se producen fugas o derrames de combustible. El proyecto piloto de los taxis voladores en el Sena es solo un paso en el desarrollo de esta nueva tecnología.
Queda por ver si estos vehículos lograrán superar las barreras técnicas, ambientales y sociales para convertirse en una alternativa viable y sostenible para el transporte urbano del futuro.
Fuente: WE