Asimismo, el surgimiento de los teléfonos inteligentes, las redes sociales y los servicios como Uber y Airbnb fomentaron una cultura de consumo centrada en restaurantes, viajes y eventos. Después del brote de COVID-19 en todo el mundo y antes de una vacuna efectiva alterará por completo este estilo de vida.
Se ha confirmado que mientras persista el distanciamiento social y el gran temor de contraer el virus, los consumidores probablemente gastarán más en mejorar sus hogares que en servicios y experiencias que involucren espacios públicos y multitudes.
Esto ha desencadenado que hasta exista una vacuna contra el coronavirus, la economía basada en experiencias probablemente será una versión desmejorada de lo que solía ser. Por supuesto, no está claro cuándo podrán reanudarse las grandes reuniones como partidos de fútbol, conciertos, entre otras actividades.
Se espera que pronto haya una vacuna contra el COVID-19 y que una nueva generación de jóvenes ingrese a la fuerza laboral, alquile apartamentos y genere una nueva era para el consumo urbano y experiencial para todos los usuarios, sobre todo los millennials.
Con información de El Financiero