Gracias a la evolución de la tecnología se puede volar a cualquier parte del mundo y por supuesto, también por tierra y mar. Sin embargo, los vehículos anfibios no han logrado convertir en realidad los que van de la tierra al cielo, aunque hay algunos que pasan de la tierra al mar y viceversa más algunos intentos que van de la tierra al cielo, pero no están presentes con la forma de un automóvil.
Películas como “Volver al Futuro”, series como “Los Supersónicos” nos ilusionaron con automóviles que vuelan. Si bien Google por ahora tiene interés en vehículos autónomos, Larry Page, confundador de la empresa, piensa ya en el futuro y apuesta en apoyar a dos startups enfocadas en crear “automóviles voladores”.
Una de las startups se llama Zee.Aero, en donde se han juntado cien millones de dólares desde su creación en 2010. La otra inversión la realizó en Kitty Hawk, creada en 2015. Aunque por ahora solo han creado bosquejos de forma independiente, la primera ya ha pasado a la etapa de realizar pruebas con dos prototipos en un aeropuerto cerca de las oficinas de Mountain View.
Entre el personal de la primera se encuentran diseñadores aeroespaciales y de la NASA, Boing y Space X. Los diseños presentados lucen como un pequeño avión de dos plazas y el otro incluye hélices a los lados, similar a una patente que metió la empresa en 2012 en donde se habló de un vehículo con fuselaje central, dos pequeñas filas de hélices, que puede despegar de forma vertical y horizontal, siendo una nave segura, silenciosa, fácil de manejar, eficiente y compacta.
Kitty Hawk también está construyendo su nave que luce como una versión gigante de un dron con cuatro hélices. Esta incubadora tiene empleados provenientes de AeroVelo.
Lo que hace diferentes a estas empresas de Volocopter y Aeromobil, es que no están pensadas en uso personal, sino comercial… en caso de que lleguen a concretarse.
Con información de Bloomberg