La Universidad de Swansea en Gales ha presentado una innovadora solución en el campo de la cirugía estética. El proceso de fabricación aditiva que han desarrollado permite imprimir en 3D cartílagos artificiales para mejorar la calidad de vida de pacientes que han perdido parte de su rostro debido a un accidente o cáncer, partes como la nariz o las orejas.
El objetivo de este proyecto es ayudar a los pacientes a recuperar su aspecto físico y mejorar la técnica quirúrgica de los cirujanos. Actualmente, los cirujanos plásticos extraen cartílago de las costillas de los pacientes para crear una estructura facial renovada, pero esto no siempre es adecuado ya que el cartílago extraído no es tan resistente como el original, lo que puede afectar la sensibilidad y flexibilidad de la parte afectada.
El proyecto llamado “3D Bioface” ha sido financiado por la organización médica benéfica The Scar Free Foundation y se espera que contribuya a resolver los problemas actuales del sector, eliminando la necesidad de intervenciones quirúrgicas.
Esta investigación que cambiará vidas es parte de nuestro compromiso de lograr una curación sin cicatrices para los millones de personas que viven con ellas en Reino Unido y en todo el mundo”
Declaró así Brendan Eley, director ejecutivo de The Scar Free Foundation.
Imprimiendo Cartílagos en 3D
Los investigadores de la Universidad de Swansea están utilizando su tecnología de impresión 3D para producir cartílago a partir de hydrogel de nanocelulosa, una pulpa de madera resinosa, con el fin de crear narices y orejas nuevas. Para mejorar las propiedades del material, han incorporado ácido hialurónico, una molécula presente de forma natural en los tejidos de la piel que ayuda a aumentar la hidratación y la firmeza.
Una vez combinados, estos componentes pueden imprimirse en 3D para obtener la forma deseada y, posteriormente, un catalizador biológico endurece la mezcla. El siguiente paso es sumergir el cartílago artificial en una solución que contenga células cartilaginosas del propio paciente, lo que es esencial para que estas células puedan colonizar y fortalecer la estructura impresa en 3D. Finalmente, la última fase del proceso consiste en implantar la nueva nariz u oreja en la cara del paciente.
El profesor Iain Whitaker, especialista en cirugía de la Universidad de Swansea, concluye que, aunque el enfoque actual es el cartílago, los conceptos científicos y las tecnologías detrás de este trabajo podrían aplicarse a otros tipos de tejidos, como vasos sanguíneos, nervios, huesos, piel y grasa, lo que aumentaría enormemente su impacto.
El siguiente paso de la investigación es asegurarse de que el material no provoca una respuesta inmunológica. Si se demuestra su seguridad, esta tecnología podría utilizarse para reemplazar otras partes del cuerpo en los próximos años.