China, a pesar de no contar con acceso al hardware de IA de vanguardia proporcionado por NVIDIA, como los modelos A100 y H100, sigue desarrollándose en este campo. Recientemente, hemos presenciado cómo Estados Unidos y Europa se están preparando para unir fuerzas y contrarrestar su avance.
China, un peligro latente
Un claro ejemplo de por qué están decididos a frenar su progreso a toda costa es lo que vamos a analizar hoy: China ha logrado crear una IA, llamada Qimeng No 1, que es capaz de generar procesadores de forma completamente automática y supera en inteligencia a ChatGPT en 4.000 veces.
Es todo un hito presenciar cómo una IA es capaz de diseñar chips de forma autónoma. Este logro demuestra el impresionante avance que puede alcanzar una tecnología que, aunque recién ha sido lanzada al mercado como algo revolucionario, lleva años en desarrollo.
Sin embargo, el desafío radica en el ritmo acelerado y la celeridad con la que ocurren las cosas en China, como lo demostramos hoy una vez más.
Debemos prepararnos para acostumbrarnos a estos avances a una velocidad cada vez mayor. El Instituto de Tecnología Informática de la Academia de Ciencias de China ha desarrollado una IA específica que les ha permitido diseñar una CPU basada en una arquitectura de 32 bits y RISC-V.
Se afirma que esta IA es 4.000 veces más inteligente que el modelo GPT-4 de ChatGPT, lo que ha hecho que el diseño del procesador sea extremadamente complejo.
Es impresionante considerar que ningún ser humano ha intervenido en el proceso de creación y desarrollo de esta CPU, y, sin embargo, su rendimiento es comparable al de un Intel 486 en términos de potencia.
Rendimiento por debajo del promedio
Es cierto que la CPU tiene un rendimiento similar al de finales de los años ochenta, pero también debemos considerar que estamos en una etapa inicial. Aun así, el Qimeng No 1 ha sido fabricado utilizando una tecnología de 65 nm y opera a una frecuencia de 300 MHz, lo cual indica que la IA ha realizado un trabajo destacable.
Lo más impactante de esta noticia radica en el hecho de que, aunque la CPU no sorprenda en términos de potencia o velocidad, se hayan utilizado algoritmos de especulación binaria y la IA haya logrado completar su diseño en tan solo 5 horas, sin ninguna intervención humana.
Lo que resulta más inquietante en todo este proceso de la IA diseñando CPUs son las proyecciones que se hacen. Se espera que en un lapso de entre 5 y 10 años, las IA superen a las CPUs diseñadas por humanos.
Esto implica que gran parte de los ingenieros de diseño en áreas críticas de empresas como Intel, AMD o NVIDIA terminarán asumiendo roles de supervisión frente a las IA encargadas de realizar el trabajo pesado.
Naturalmente, esto nos llevará a avances increíbles en capacidad de cómputo en tan solo una década. Si en los primeros días de la IA ya estamos viendo cómo diseña procesadores similares a un Intel 486, a este ritmo, en 10 años simplemente no podemos ni siquiera imaginar las capacidades y velocidades que alcanzaremos.