¿Quién no disfruta un poco de despotricamiento en Twitter cuando las cosas simplemente no parecen salir bien? De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Vermont, parece que muchos de nosotros. En nuestro lenguaje y forma de comunicarnos se pueden observar datos que podrían arrojar la conclusión de que como humanidad (léase: usuarios de Twitter) somos cada vez más miserables, o al menos nuestras expresiones escritas así lo demuestran.
El análisis se realizó utilizando más de 46,000 millones de palabras que se se han twitteado desde hace tres años y con la ayuda de Amazon Mechanical Turk, una herramienta de crowdsourcing para tareas sencillas que requieren intervención humana, se le asignaron valores a las palabras en una “escala de la felicidad”. De esta manera, palabras como veneno, ambición, emo, terrorismo, etc. fueron calificadas negativamente mientras que palabras alegres o felices como pastel, risa o conejitos recibieron un mayor puntaje.
Gráfica del estado anímico en Twitter. Clic para agrandar.
Como era de esperarse, las fiestas navideñas (a propósito: ¡Feliz Navidad!) son los picos más altos de todo el año, mientras que sucesos como la muerte de Michael Jackson, el final de LOST y el desastre nuclear de Fukushima representan algunos de los punto más bajos de la gráfica.
Esta tendencia a nivel global puede obedecer a varias razones, entre ellas que conforme Twitter va siendo cada vez más utilizado, la naturaleza de los usuarios mainstream tiende a ser menos optimista y alegre que la de los early adopters. Por otra parte, factores como la crisis mundial y conflictos internacionales también pueden estar influyendo.
Para mí es bastante transparente que nuestras acciones y palabras son reflejo de nuestro estado mental y anímico (o falta de), aunque los científicos del estudio prefirieron no utilizar esta información como evidencia dura sino simplemente como una sugerencia de cómo nos sentimos en general como humanidad. Sería interesante ver dicho análisis pero orientado a regiones geográficas específicas para empatar los picos/valles con eventos o fenómenos sociales, al menos en México.
Espero realmente que en otros tres años podamos obtener una gráfica similar y ver cómo el índice ha sido subiendo.
Via: The Verge
Fuente: UVM