¿Tenéis la sensación de que los fabricantes avanzan en campos que nos importan poco a los consumidores? O dicho de otra forma, ¿impulsaríais la innovación en otros aspectos de los gadgets que los fabricantes dejan de un lado quién sabe por qué?
Os planteo esta duda para generar una conversación en la que hablemos claramente de la energía en los gadgets, especialmente en los teléfonos móviles. La idea me viene a la cabeza a raíz de unas declaraciones de Negroponte, responsable por ejemplo del portátil de los 100 dólares, y que posteriormente ha derivado en lo que hoy conocemos como ultraportátiles de bajo coste. Así, lo que parecía una locura (un portátil por 100 dólares), ha llevado a algunos fabricantes a plantarse un nuevo mercado y empezar a explotarlo. ¿Pasará lo mismo con estas declaraciones?
En la charla dentro del Zed Symposium 2008, Negroponte lanzó un reto a los fabricantes: crear teléfono móviles (gadgets en general), que aprovecharan la energía que tenemos dentro para mejorar su rendimiento y forma de uso.
La idea no es nueva, pero que lo diga Negroponte y lance el reto a los fabricantes es importante.
Su planteamiento es claro. Incluso cuando tecleamos en un portátil, estamos empleando una determinada energía en esa tarea, que Negroponte considera que puede ser aprovechada para por ejemplo recargar el portátil, o al menos, que no se pierda toda esa energía que nosotros mismos generamos. ¿Por qué no desarrollar las teclas de los teléfono móviles para ese mismo aprovechamiento?
La telefonía móvil avanza a pasos agigantados, pero casi siempre se topa con el problema de la autonomía de las baterías que montan. Es pues uno de los temas recurrentes en las quejas de los consumidores. Los fabricantes siguen avanzando en prestaciones y características que curiosamente piden más autonomía, pero hay un buen cuello de botella. Es por ejemplo una de las excusas de no haber visto antes un iPhone 3G.
Pero quizás no sea tanto encontrar baterías con mayor autonomía como optimizar la misma para que no se pierda en la nada. Está ahí, y lo que hay que hacer es aprovecharla, tener pantallas que adapten su luminosidad, que las conexiones se activen o desactiven según las usemos o no, que las aplicaciones se cierren de forma inteligente y por qué no, un modo de suspensión en los teléfonos que no limite sus funcionalidades.
Posible creo que es.