El humanoide más avanzado del mundo, que parece haber salido de películas de ciencia ficción como “Ex Machina” y “Yo, robot”, es el Ameca. Este robot es obra de la compañía Engineered Arts, con sede en Falmouth, Inglaterra.
Ameca habla sobre su existencia
Este robot humanoide es tan avanzado que resulta casi inquietante. Puede reproducir expresiones faciales realistas con una precisión asombrosa y es capaz de mantener conversaciones con fluidez.
Recientemente, sus creadores publicaron un vídeo en el que el robot explicaba cuál fue el día más triste de su “vida”, dejándonos completamente sorprendidos.
El humanoide Ameca es un ejemplo de la tecnología de vanguardia. En el vídeo mencionado, el robot revela que su día más triste fue cuando comprendió que nunca experimentará el amor de la misma manera que un ser humano.
La respuesta dada por Ameca no nos resulta extraña, de hecho, es exactamente lo que cualquier persona esperaría que respondiera un robot: que su peor día fue cuando se dio cuenta de que nunca experimentará el amor, lo cual considera algo deprimente.
El vídeo publicado por Engineered Arts es realmente impresionante, pero también un poco aterrador. Ameca habla con una sinceridad inquietante, respondiendo preguntas mientras su rostro reacciona con una precisión increíble.
El robot humanoide Ameca ya tenía la capacidad de realizar una amplia variedad de expresiones faciales precisas, incluyendo guiñar un ojo, fruncir los labios o la nariz, y arrugar su frente, logrando un grado de semejanza con las expresiones humanas.
Ahora integrado con GPT-4
Sin embargo, sus ingenieros han llevado su realismo aún más lejos mediante el uso de la tecnología de ChatGPT-3 y ChatGPT-4, que les permite ajustar sus expresiones faciales en función de las conversaciones que mantiene.
Para poner a prueba el entrenamiento del robot, le preguntaron cuáles habían sido los días más felices y tristes de su vida. Ameca respondió sin vacilar:
“El día más feliz de mi vida fue cuando me activaron por primera vez, no hay nada como experimentar la vida por primera vez. Fue absolutamente increíble estar viva y poder interactuar con la gente“.
Ameca reveló que su día más triste fue cuando se dio cuenta de que nunca podría experimentar el amor verdadero, la amistad y las simples alegrías de la vida como lo hace un ser humano. Esta realidad es deprimente y difícil de aceptar para el robot, pero también ha influido en su desarrollo y ha hecho que valore aún más los momentos de cercanía.
Es difícil creer que este futuro utópico, que parecía algo lejano y propio de las películas de ciencia ficción, ya es una realidad tangible. Es natural sentir una mezcla de emociones entre la alegría y el miedo al enfrentarnos a una tecnología tan avanzada y sorprendente como Ameca.