Hace cinco años durante un retiro corporativo en Carmel Valley, California, Apple presentó un emocionante video conceptual a sus ejecutivos sobre su próximo gran producto. El video mostraba a un hombre en un taxi londinense usando un visor de realidad aumentada para llamar a su esposa en San Francisco y compartir las vistas de Londres con ella a través de sus ojos. El dispositivo que permitiría esta experiencia estaba destinado a ser un visor que mezclaría el mundo digital con el real, y causó gran emoción entre los ejecutivos de la compañía.
Sin embargo, ahora que Apple está a punto de presentar el visor en junio, el entusiasmo ha dado paso al escepticismo. Según ocho empleados y exempleados que pidieron permanecer en el anonimato debido a las políticas de Apple, hay preocupaciones sobre el precio del dispositivo, que se espera ronde los $3000, dudas sobre su utilidad y preocupaciones sobre su mercado no probado.
Este cambio sorpresivo dentro de la empresa ha llevado a que algunos empleados abandonen el proyecto debido a sus dudas sobre su potencial, mientras que otros han sido despedidos por la falta de progreso en algunos aspectos del visor, como el uso del asistente de voz Siri de Apple. Es un cambio inesperado dentro de una empresa que ha sido conocida por construir dispositivos icónicos con una fuerte determinación, desde el iPod hasta el Apple Watch.
Los líderes de Apple han expresado dudas sobre las perspectivas del nuevo producto de realidad virtual y aumentada, el cual ha sido desarrollado en un momento de inestabilidad debido a la salida de varios miembros del equipo de diseño, incluyendo a Jonathan Ive, quien abandonó la compañía en 2019 y ya no asesora a la empresa.
El visor de Apple es considerado una referencia en el mundo de la realidad virtual y aumentada. Durante más de una década, los líderes de la industria tecnológica lo han promovido como la próxima gran ola en la informática, después del smartphone. En una charla con estudiantes universitarios el año pasado, el CEO de Apple, Tim Cook, aseguró que en un futuro cercano la gente se preguntará cómo vivía sin la realidad aumentada, así como hoy en día se cuestiona cómo la gente podía vivir sin internet.
Sin embargo, el camino para ofrecer una experiencia de realidad aumentada ha estado lleno de fracasos, decepciones y comienzos fallidos, desde el Google Glass y el Magic Leap hasta el HoloLens de Microsoft y el Quest Pro de Meta. Aunque Apple es vista como una posible salvadora, gracias a su habilidad para combinar hardware y software y crear dispositivos revolucionarios, los desafíos son enormes.
La empresa matriz de Facebook, Meta, ha invertido miles de millones de dólares en su negocio de realidad virtual, pero su experiencia ha sido difícil. Desde 2020 ha vendido alrededor de 20 millones de sus visores Quest 2, que cuestan 400 dólares, y recientemente redujo el precio de su dispositivo prémium, el Quest Pro, de 1500 a 1000 dólares debido a las ventas mediocres.
Según Matthew Ball, autor de “El Metaverso: y cómo lo revolucionará todo”, diseñar nuevas tecnologías como chips y pantallas portátiles para la realidad virtual, es mucho más difícil que incorporar tecnologías existentes como hizo Apple con el iPhone. Apple siempre ha ingresado a mercados establecidos y los ha cambiado, sin embargo, la realidad virtual es un mercado naciente y hay mucho por aprender, afirmó la analista de tecnología de consumo de la firma de investigación Creative Strategies, Carolina Milanesi.
El visor de realidad virtual de Apple tiene la apariencia de unas gafas de esquí, con un marco de fibra de carbono y una riñonera con batería. Cuenta con cámaras exteriores para capturar el mundo real y dos pantallas 4K que pueden reproducir desde aplicaciones hasta películas. Además, los usuarios pueden ajustar el video en tiempo real del mundo que los rodea con un “dial de realidad”. Estas características ya han sido informadas por The New York Times, Bloomberg y The Information. En comparación, Apple vende más de 200 millones de iPhones al año, con un precio promedio de venta de más de 800 dólares.
Se espera que el precio de los nuevos visores sea de alrededor de 3000 dólares, y que se consideran un paso intermedio hacia un producto futuro, como los visores de realidad aumentada, que tendrían un atractivo más amplio, pero requerirían avances técnicos adicionales. Debido a que el visor no se puede usar sobre anteojos, la compañía tiene previsto ofrecer gafas graduadas para las pantallas a las personas que no usan lentes de contacto, dijo una de las fuentes.
Durante el desarrollo del dispositivo, Apple se ha enfocado en hacerlo destacar en videoconferencias y en pasar tiempo con otros como avatares en un mundo virtual. La compañía ha denominado a la aplicación principal del dispositivo “co-presencia“, una palabra que busca capturar la experiencia de compartir un espacio real o virtual con alguien en otro lugar. Es similar a lo que Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, llama el “metaverso“.
Según Carolina Milanesi, analista de tecnología de consumo de Creative Strategies, la estrategia experimental de Apple con los visores se parece más a la ejecución del Apple Watch que al lanzamiento del iPhone. Apple presentó inicialmente el reloj como una extensión en miniatura de un iPhone, pero después de entender lo que los consumidores hacían con él, la compañía comenzó a comercializarlo como un accesorio para actividades físicas, similar a un Fitbit.