La guerra en Ucrania ha puesto de manifiesto la creciente amenaza que suponen los drones en el campo de batalla.
Estos vehículos aéreos no tripulados, de bajo costo y gran movilidad, son capaces de infligir daños considerables a las fuerzas enemigas, especialmente cuando se utilizan en enjambres.
Surgimiento de los sistemas anti-drones
Combatir drones con artillería tradicional se ha demostrado ineficaz y costoso. Su pequeño tamaño, movilidad y número elevado hacen que derribarlos uno por uno sea una tarea titánica. Además, una vez agotadas las municiones, los sistemas de defensa quedan vulnerables a ataques más potentes.
Ante esta nueva amenaza, las fuerzas armadas de todo el mundo están recurriendo a sistemas anti-drones que utilizan tecnología de punta para neutralizar a estos adversarios aéreos. Dos ejemplos destacados son Pulsar, desarrollado por Anduril Industries, y Leónidas, de Epirus.
Pulsar: inteligencia artificial contra enjambres de drones
Pulsar es una familia de inhibidores basados en inteligencia artificial que trabaja de forma coordinada para detectar, analizar y neutralizar drones enemigos.
Su principal ventaja radica en su capacidad de aprendizaje automático, que le permite adaptar sus estrategias de defensa en cuestión de horas o días, contrarrestando incluso amenazas nuevas y desconocidas.
Leónidas: “friendo” drones con microondas
Leónidas, por otro lado, adopta un enfoque más agresivo. Este sistema de microondas de alta potencia emite un haz capaz de “freír” los circuitos electrónicos de los drones en vuelo, inhabilitándolos de forma instantánea.
Uno de sus atractivos reside en su capacidad para neutralizar grandes grupos de drones de forma eficiente y sin límite de munición. Estas son las ventajas de los sistemas anti-drones:
- Mayor eficacia contra enjambres de drones
- Reducción de costos en comparación con la artillería tradicional
- Mayor flexibilidad y capacidad de adaptación
- Neutralización de drones sin necesidad de destruirlos físicamente
El futuro de la guerra contra los drones
La batalla contra los drones está en constante evolución. El desarrollo de sistemas anti-drones cada vez más sofisticados como Pulsar y Leónidas demuestra el compromiso de las fuerzas armadas por adaptarse a las nuevas amenazas del campo de batalla.
Es probable que este tipo de tecnologías se convierta en un elemento fundamental de la defensa militar en un futuro próximo.