Después de años de desarrollo y algunos problemas técnicos, la nave espacial Starliner de Boeing finalmente despegó con humanos a bordo.
El miércoles 5 de junio a las 10:52 am hora del este, el vehículo se elevó desde la Estación Espacial de Cabo Cañaveral en Florida con dos astronautas de la NASA a bordo, marcando un hito clave tras una década turbulenta.
Dos intentos previos fallidos
Los dos intentos anteriores de lanzar la misión de prueba de vuelo de tripulación se abortaron: el primero, el 6 de mayo, para permitir la reparación de un problema con una válvula en el vehículo de lanzamiento; el segundo, el 1 de junio, debido a una falla en el secuenciador de lanzamiento terrestre, un programa informático clave que automatiza el despegue.
Pero sin nuevos inconvenientes, Starliner finalmente se ha lanzado al espacio como parte de un viaje de 25 horas a la Estación Espacial Internacional (EEI), donde sus dos pasajeros, Barry Wilmore y Sunita Williams, se acoplarán y pasarán aproximadamente una semana a bordo antes de regresar a casa.
Un futuro prometedor… ¿o limitado?
Si todo va según lo planeado, a partir del próximo año Starliner entrará oficialmente en servicio como un vehículo de transporte para llevar regularmente humanos hacia y desde la EEI.
Boeing tiene seis vuelos con la NASA contratados, pero también existe la posibilidad de más misiones, incluso a otros destinos, como estaciones espaciales privadas.
“Tener dos vehículos estadounidenses tripulados diferentes es realmente importante para nosotros”, dijo Dana Weigel de la NASA, gerente del programa para la EEI, en una conferencia de prensa el 3 de mayo. “Esta prueba de vuelo tripulado es un paso crítico para alcanzar ese objetivo más amplio“.
Problemas técnicos y retrasos
El vehículo inicialmente se suponía que se lanzaría en 2017, pero se vio afectado por retrasos. En 2019, cuando finalmente se lanzó en un vuelo de prueba sin tripulación, entró en la órbita equivocada y no pudo llegar a la EEI.
No alcanzaría este objetivo hasta tres años después, en 2022, para ese entonces SpaceX ya había lanzado cinco misiones espaciales tripuladas. “Ha sido tremendamente vergonzoso para Boeing”, dice Jonathan McDowell, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica.