Samsung está dividida en varias empresas que se encargan de diferentes productos, como las baterías, es por eso que a veces tienen regulaciones que certifican estos procesos, como en el caso de las usadas en el Galaxy Note 7.
Por lo general todas las empresas recurren a laboratorios externos para evaluar el funcionamiento de las mismas, pero como Samsung tiene el propio, no recurrió a terceros. Se desconoce si es por este motivo que se pasó por alto algún problema con el funcionamiento, pero lo cierto es que aún no saben la causa del problema.
Se supone que se detectó en la primera remesa pero al parecer, las pruebas no fueron suficientes ya que con los modelos reemplazados un problema similar sigue ocurriendo, obligando a parar la producción.
En Estados Unidos se pide a los operadores telefónicos que las marcas prueben las baterías en 28 laboratorios certificados por la CTIA, para asegurarse que cumplan con los estándares que pide el Instituto de ingenieros eléctricos y electrónicos. Como la marca tiene la certificación no ocupó alguno de estos. Se rumorea que por la prisa por lanzar este modelo para ganar al iPhone 7, pudo saltarse algunos de los estándares que ocupa.
Además de todo este problema, Samsung aún tiene que lidiar con los usuarios que no han podido o querido cambiar al Note 7. En Corea del Sur, los obligaría a cambiar de equipo cuando se detecten que van a volar al extranjero, siempre que se encuentren en el Aeropuerto Internacional de Incheon.
La empresa permite cambiar el equipo por otro modelo de la marca. Esto mientras los ingenieros revisan cada paso hecho en cuanto a ingeniería, proceso de fabricación y control de calidad, por lo que trabajan “contra reloj” para poder dar cierre a este capítulo. Ojalá que le dediquen el tiempo necesario y no por prisa se salten algún detalle.
Con información de News18 y Wall Street Journal, Interjet
