Cuando apenas era una niña, jamás pensé que me tocaría ver el nacimiento de un dispositivo que para las generaciones actuales es indispensable y que no se imaginan una vida sin éste: el celular. Ha pasado el tiempo y ya se cumplieron en esta semana 29 años de su creación.
El primer prototipo del celular tardó tres meses en crearse y 10 años para que fuera desarrollado, siendo así que en 1973 Motorola mostró el primer “ladrillo” llamado DynaTAC 8000x, que pesaba 1100 gramos, con batería de una hora, tiempo de espera 8 horas y un precio de 4.000 dólares. En aquel entonces ” sólo” medía 25 y 28 centímetros de alto, como 3 centímetros de ancho, y más o menos 10 centímetros de profundidad. Su venta se dio hasta 1983.
Este dispositivo fue una creación de Martin Cooper, que al año después de su lanzamiento, en 1984, vio que ya era parte de la vida de 300 mil usuarios. La primera llamada inalámbrica comercial se realizó el 13 de octubre de 1983 y como suele suceder, este invento fue a parar a las manos primeramente, de hombres de negocios, ejecutivos y personas de alto poder adquisitivo. De hecho la primera llamada pública fue hecha en las calles de Nueva York a
Joel S. Engel, el director del programa de celulares en AT&T. En esa época, ni los teléfonos inalámbricos existían!
Como hemos visto a lo largo de estos años, su evolución lo ha hecho mas pequeño, delgado, ligero, potente y multifacético con cada nueva tecnología que se le va incorporando, y aunque las pilas ha mejorado si se compara con la primera, en este apartado nunca nos será suficiente. Las pantallas han cambiado de tecnología y de ser monocromáticas pasaron a multicolores y capacitivas, y pronto las veremos flexibles ¿ quién dirían que serviría para tomar fotos, enviar datos, grabar videos? nada de eso se pensaría posible cuando se creó.
Ahora podemos escuchar música, jugar, leer el correo electrónico, servirnos de alarma, agenda, recetario, lista de pendientes, registro de control natal entre infinidades de otros usos, y cada vez parece que aparecen más, como en el ramo del comercio, medicina donde hay más aplicaciones y no olvidemos las redes de datos que han ido evolucionando a su par y tecnologías como Bluetooth , Wifi y hasta en un omento, el dominio de los IR.
Así podemos hablar de una primera generación con este legendario modelo, cuyo fin se dio en los 80´s. Los años 90 constituyen la segunda generación que presentaron la tecnología digital, innovadora en ese entonces con los tonos y una mayor duración de batería.
La tercera generación se caracteriza por juntar las tecnologías anteriores con las nuevas, y la llegada de la masificación de los teléfonos celulares; en la actualidad, la mayor parte de los equipos emplean redes GSM a nivel mundial y una menor CDMA, pero como sea, se requiere de un chip y una tarjeta SIM, donde se ingresa toda la información. Y ahora estamos por ver que va a pasar, con la cuarta generación que tal vez hasta que se consoliden las tecnologías LTE y los usuarios pasen de los celulares a los smarphones empiecen, aunque ya estamos en esa etpa de transición con modelos cada vez más accesibles.
¿Qué veríamos para una quinta generación? Prematuro decir, aunque por ahora, su inventor Martin Cooper, lo hemos viso pasar con el tiempo, por diversas posturas. Así, en 2009 pensaba que los móviles querían hacer todo y no hacían al final nada bien; pero hasta él fue seducido por el encanto de los smartphones y en 2010 usaba un Droid y hasta un iphone. Tal vez en un futuro muy lejano se cumpla su predicción de que los tendremos detrás de las orejas, incorporados en nuestra piel. Afortunadamente, y a diferencia de otros inventores, este hombre ha logrado ver en vida como millones de personas siguen adoptando su invento, un aspecto que él jamás pensó que lograría ver. Su idea era que la gente al ser móvil, debería tener un dispositivo que fuera con ellos en vez que los aten a un auto ( se acuerdan de cuando los teléfonos venían en algunos autos?). Ahora es un fan de los smartphones y cada dos meses compra uno para probarlo y ver cómo siguen evolucionando.
Vía: el Vanguardia