Timnit Gebru, ingeniera de Stanford de origen etíope especializada en inteligencia artificial, ocupó el cargo de jefa de ética de IA en Google. Mucho antes de que la inteligencia artificial se convirtiera en un tema de gran interés, Gebru ya estaba advirtiendo sobre los riesgos que podrían estar asociados con los grandes modelos de lenguaje (LLM).
Timnit Gebru fue despedida después de hablar al respecto
En su artículo titulado ‘El peligro de los loros estocásticos’, la ex empleada de Google hablaba de los problemas de sesgo, financieros y medioambientales que podrían resultar si la IA se implementara de la forma en que se está empezando a hacer en los últimos meses. Asimismo, recomendaba una mayor regulación en anticipación al avance de la IA.
Tras hacer públicos sus vaticinios sobre el posible futuro de la IA, Gebru no fue bien recibida por Google y la despidieron poco después. “Fue una etapa muy difícil, no creo que pueda volver a pasar por algo así”, recordó Gebru en una entrevista con El Confidencial.
A pesar de haber pasado dos años y medio desde la polémica que generaron sus declaraciones y su despido, Gebru sigue mostrándose reticente a la revolución de la IA. “Nos están vendiendo un futuro utópico en el que no hay humanos”, afirmó. “Te despiertas y hablas con un chatbot, obtienes tu música de un chatbot…”.
Robo de datos desde Silicon Valley
Según la experta, el problema radica en que los creadores de las empresas que están desarrollando la IA tienen tanto dinero que pueden hacer que la sociedad desee su tecnología a través de propaganda.
Gebru acusa a los empresarios de no ser sinceros acerca de lo que hay detrás de sus sistemas y de explotar a los trabajadores que desarrollan las IA que están siendo todo un éxito.
Gebru no tiene reparos en hablar mal de los principales actores de la industria. Sobre Elon Musk, lo tacha de “sexista”, y acusa a Google, Microsoft, OpenAI y Meta de “robo masivo de datos”. Además, enfatiza que aquellos que están en su contra la llaman “activista loca”, y opina que desacreditar a quienes critican sus monopolios es el modus operandi de la élite de Silicon Valley.
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