Google sigue imparable como buscador número 1 en Internet

Ni la potente combinación de Microsoft y ChatGPT con la inteligencia artificial han hecho mella en su cuota de mercado, que de hecho, sigue creciendo...

En el último año, la inteligencia artificial ha generado un impacto sin igual. Desde la presentación de ChatGPT, un fenómeno que ha atraído la atención de cientos de millones de usuarios, hasta el punto de motivar inversiones multimillonarias de gigantes como Microsoft en los desarrolladores de ChatGPT.

Sin embargo, esta confianza depositada en la inteligencia artificial no ha resultado como se esperaba en un ámbito crucial: Las búsquedas en internet.

En la actualidad, es casi imposible que alguien no conozca Google. Durante décadas, la empresa matriz de Alphabet ha sido una de las marcas más prominentes a nivel mundial. Miles de millones de personas recurren a diario al buscador para encontrar lo que necesitan.

A pesar de los esfuerzos de empresas como Apple y Microsoft por ganar terreno frente a Google, todos estos intentos se topan con una realidad implacable: Es inalcanzable desafiar el reinado de Google.

Microsoft intenta competir con Google usando I.A.

Inicialmente, lograron ganar terreno, ya que el navegador de la firma de Redmond empezó a atraer usuarios de manera constante.

No obstante, con el paso del tiempo, la situación ha dado un giro y, en la actualidad, el dominio global de Google ha aumentado hasta alcanzar el 91.55% de cuota de mercado, según datos de Techspot.

Bing, por otro lado, cuenta apenas con un 3.11% de usuarios, una cifra mínima que supera con creces las cifras de otras alternativas como Yahoo!, DuckDuckGo o Yandex enfocado en los ruso-hablantes.

A pesar de la integración de ChatGPT, Bing ha perdido cuota de mercado en el último año, no logrando persuadir a los usuarios para que elijan su buscador sobre el de Google.

Considerando que en el futuro, Google Bard (el equivalente de ChatGPT de Google) continuará evolucionando y alcanzando las funciones de ChatGPT, es plausible que la brecha, ya difícil de superar, se amplíe aún más.

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