La inteligencia artificial (IA) ha capturado la atención del público desde hace menos de un año, aunque su desarrollo ha estado en marcha durante bastante tiempo. Antes de la llegada de innovaciones como ChatGPT, Midjourney, DALL-E o Bard, el progreso en este campo era notablemente lento y la presencia de chatbots era prácticamente inexistente.
Primera regulación para la IA
Hace dos años, las preocupaciones se centraban en los deepfakes. Sin embargo, desde que ChatGPT hizo su aparición en Internet, la Unión Europea (UE) reaccionó rápidamente al redactar un nuevo borrador que aborda el uso de la inteligencia artificial.
Este cambio normativo se elaboró en un impresionante lapso de once días el pasado mes de abril. Aunque el contenido aún no es definitivo, podría representar un hito histórico en la regulación de la inteligencia artificial.
Al apartarnos de la normativa de la Unión Europea y enfocarnos en el escenario español, en febrero de este año, la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial contempló la posibilidad de establecer un banco de pruebas para la regulación de la inteligencia artificial en la UE.
Desarrollo de tecnología responsable
Esta iniciativa busca asegurar el desarrollo de una IA responsable, detallando las obligaciones que deben cumplirse, con el propósito de supervisar las buenas prácticas en esta tecnología. Sin embargo, retomando el tema de la Unión Europea, es innegable que la UE está a punto de oficializar la primera regulación de inteligencia artificial en la historia.
Este marco normativo se orientará hacia la clasificación de los sistemas de IA en tres niveles de rendimiento, con la aplicación de restricciones específicas según la magnitud de cada uno de ellos.
La Unión Europea ha establecido tres niveles para categorizar la inteligencia artificial, según lo detalla el borrador de la normativa conocida como AI Act.
Categorías de los Modelos de Lenguaje
Estas categorías abarcan los modelos de implementaciones prácticas, los sistemas con capacidad de entrenamiento y aquellos con propósitos generales, según la información proporcionada por el diario Bloomberg.
Modelos Funcionales
Los desarrolladores de inteligencia artificial estarán obligados a documentar tanto el modelo como su proceso de entrenamiento antes de su publicación. Además, será necesario realizar un análisis de seguridad y comprender cómo se manejan los posibles conflictos de copyright.
Modelos “Altamente Capaces”
Estos modelos se clasificarán según la potencia de cálculo aplicada durante su entrenamiento. Hasta el momento, aún no se han definido los rangos de potencia establecidos.
Modelos con Propósitos Generales
Estos sistemas serán etiquetados en función del número de usuarios que emplean las herramientas con inteligencia artificial. Asimismo, estarán obligados a generar informes de riesgos.