En el ámbito de la inteligencia artificial y la tecnología, las corporaciones a menudo se encuentran ante giros inesperados. Como muchos habrán seguido, esto fue precisamente lo que ocurrió hace unos meses con Sam Altman, el CEO de OpenAI.
Destitución de Sam Altman en noviembre 2023
Después de una semana llena de tensiones, el cofundador de ChatGPT fue destituido de su cargo, solo para ser reinstaurado en la compañía que él mismo contribuyó a forjar.
No obstante, en una reciente declaración, Altman hizo referencia a este complejo episodio en su carrera, destacando que, en última instancia, resultó ser beneficioso para la empresa.
En una conversación con Sam Jacobs, editor en jefe de Time, Altman reflexionó sobre su abrupta destitución de OpenAI en noviembre, seguida de su pronta reincorporación al cargo.
¿Qué pensó en ese momento Altman?
“Fue un período sumamente doloroso a nivel personal, pero estoy convencido de que resultó ser altamente beneficioso para OpenAI“, manifestó.
Al reincorporarse, Altman sostiene que descubrió a la empresa más cohesionada y decidida que nunca. “No se lo desearía a nadie, pero resultó ser muy constructivo para la compañía”, aseguró.
Asimismo, indicó que, aunque no anticipaba que estos desafíos surgirían tan pronto, era previsible que se experimentaran tensiones en el trayecto de OpenAI hacia el desarrollo de la Inteligencia Artificial General (AGI), una forma de IA con habilidades humanas como el sentido común y la conciencia.
Su evaluación después del conflicto en OpenAI
En relación con las lecciones extraídas, Altman subrayó la importancia de contratar a individuos competentes, considerándolo la responsabilidad más crucial para un CEO.
Después de su regreso, la junta directiva de OpenAI experimentó cambios, incorporando a Bret Taylor, un veterano de Silicon Valley, y a Larry Summers, economista y ex presidente de Harvard.
A su vez, se mantuvo en la junta a Adam D’Angelo, CEO y cofundador de Quora, quien formaba parte de la anterior composición.
Junta directiva con voz y voto
No obstante, la modificación más notable con respecto a esta nueva junta es que ahora cuentan con la facultad de objetar las decisiones de Altman.
“Lo que más me enorgullece es darme cuenta de que el equipo ejecutivo puede dirigir la empresa sin mi presencia. Podría retirarme, y OpenAI seguiría funcionando sin contratiempos”, afirmó.