Un grupo de jóvenes innovadores ha desarrollado un dron de bajo costo que podría cambiar las reglas del juego en el campo de batalla. Impreso en 3D y sin depender del GPS, este dispositivo utiliza la inteligencia artificial y Google Maps para determinar su ubicación, incluso en zonas con señal bloqueada.
Hackathon y una necesidad
Todo comenzó en un hackathon de San Francisco, donde un grupo de ucranianos solicitó ayuda para desarrollar tecnologías que pudieran contrarrestar la interferencia rusa en el GPS, un sistema crucial para sus drones. Ian Laffey, junto a sus amigos, se unió al desafío.
La solución que propusieron fue audaz: un dron que utilizara una cámara y Google Maps para ubicarse. En menos de 24 horas, crearon un prototipo funcional que podía determinar sus coordenadas sin necesidad de una señal satelital.
La cámara del dron captura imágenes de su entorno, las compara con una base de datos de imágenes de Google Maps almacenada en su memoria y, mediante algoritmos de reconocimiento de patrones, calcula su posición exacta.
Un éxito que atrae la atención militar
El éxito de este proyecto no pasó desapercibido. Las fuerzas armadas de Estados Unidos se interesaron en el dron y comenzaron a evaluarlo para posibles aplicaciones militares.
Este caso demuestra cómo la innovación y la colaboración pueden dar lugar a soluciones tecnológicas disruptivas. La capacidad de desarrollar tecnologías avanzadas a bajo costo y en poco tiempo abre nuevas posibilidades para las fuerzas armadas y desafía los modelos tradicionales de adquisición de defensa.
Fuente: Aviation Week